DISCUSIONES POR LA CAJA

La “caja” del Concejo Deliberante capitalino genera discusiones en el radicalismo. El reemplazo de Alfredo Vallejos implica debates puntuales sobre la figura que deberá relevarlo. El Presupuesto del HCD para éste año fue fijado en 938 millones. ¿Quién será el próximo “administrador” de un Presupuesto 2024 que podría alcanzar los 2 mil millones ?

Las discusiones por “la caja” dividen a la cúpula del radicalismo capitalino. No es un debate vano. Tampoco es poca plata.

El escenario para los radicales en el ámbito legislativo comunal no es sencillo. Podría simplificarse diciendo que vencen su mandato dos de los tres ediles de la UCR. Pero, además, hay que observar con detenimiento quienes vencen y quien queda.

Alfredo Vallejos el actual presidente del cuerpo fenece el 9 de diciembre su mandato. Igualmente su correligionaria Florencia Ojeda. Hasta el lunes 12 de junio no se sabrá cuántos y quiénes serán los ediles ucerreístas “electos” que acompañen a Héctor “Palito” Torres, quien tiene mandato hasta diciembre de 2025.

LA CAJA

El Presupuesto del Concejo Deliberante capitalino creció un 100 por ciento en un año. Es decir, en 2022 fue de 425 millones; para el año en curso, es de 938 millones.

Eso significa que quién ocupa la Presidencia del Concejo dispone de un Presupuesto digno de ser analizado y desmenuzado para saber a ciencia cierta como se ejecuta el mismo.

Sin embargo, para los partidos políticos, lo que menos interesa es transparentar el uso de los fondos públicos. Lo que realmente cuenta es quién administra esos fondos.

Sobre todo, porque la inexistente rendición de cuentas accesible al ciudadano, le facilita el uso – o abuso – discrecional de los aportes del contribuyente.

CUESTIÓN DE PESO (POLÍTICO)

Para esta elección de medio término la alianza gobernante pone en juego 6 de las 9 bancas a renovar. Y, un tercio de los ediles que vencen son radicales (dos).

En teoría, el radicalismo debería mantener la presidencia del cuerpo y hasta hoy el único representante con mandato firme sería Héctor Torres.

Sin embargo, las estrategias de la UCR con vistas al 2025, implica ir “acondicionando” la composición del cuerpo para quien reemplace a Eduardo Tassano.

En ese sentido y para ese proyecto de poder, haría falta otro radical con un perfil distinto. Lo que ubicaría al concejal Torres con escazas posibilidades.

COMPROMISOS EN CARPETA

Suponiendo que hay cargos de sobra para que el radicalismo (regente de ECO) cumpla con los socios, la realidad potencia las pretensiones de los partidos aliados que “pierden” un escaño.

Sobre todo, porque un cargo legislativo implica un “salario” mensual seguro por 48 meses y, un grado de responsabilidad menos exigente y estresante.

Los concejales Fabián Nieves (CC – ARI) Julián Miranda Gallino (PL) y Nelson Lovera (CiCo) vencen sus mandatos y no pueden reelegirse. Lo obvio es que esos tres partidos reclamen un lugar ” a salir” en la grilla.

Distinta es la situación de Sofía Vallejos (ELi) quien todavía puede postularse por un mandato más. Y, sin dudas, se supone que el partido pretende retener el escaño.

UNA OPCIÓN MAQUIAVÉLICA

Si para la cúpula del radicalismo capitalino es trascendental definir quién reemplazará en el futuro a Alfredo Vallejos en la presidencia del Concejo, no es menor la complicación, cuando se analiza la lista de posibles candidatos a concejales del partido.

Si la decisión fuera “renovar” como está, implicaría ubicar una candidata y un candidato dentro de los primeros seis lugares de la lista.

¿Pero quién? ¿Quién podría reunir condiciones suficientes y superadoras del perfil que ostenta Héctor Torres para reemplazar al actual presidente, al frente del cuerpo legislativo?

La pregunta no está limitada a la capacidad de conducir el Concejo en una circunstancia en la que el bloque oficialista tiene mayoría especial propia y un conjunto de concejales levantadores de mano que funciona a la perfección.

La verdadera razón de la incertidumbre radica en el manejo de “la caja“. En la manipulación de las aspiraciones y las rebeldías. En poder administrar el Concejo Deliberante en el año previo -2024- a la elección del próximo Intendente -2025-.

Es decir, en el lapso de estos dos años venideros, hay un proyecto que para coronar necesita de un Concejo Deliberante conducido a medida. O por lo menos, que la presidencia del mismo sirva de moneda de cambio, para garantizar las reformas previas al reemplazo – inevitable – del Lord Mayor de la ciudad.

En consecuencia, no es descabellada la posibilidad de que el radicalismo “entregue” la presidencia del Concejo y la “caja“, a un aliado cuyo perfil es extremadamente nocivo para el proyecto que el sector dominante radical formatea para la Muni Corrientes.

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