El concejal Fabián Nieves es más “papista” que el Papa. Planteó una cuestión de privilegio ante expresiones vertidas por el concejal Almirón
En la sesión de ayer el concejal Fabián Nieves sacó a relucir sus dotes de abogado, se prendió al Reglamento y jugó a ser “defensor de pobres presentes” y “fiscal acusador” al mismo tiempo.
El edil de la Coalición Cívica -correligionario de Cuqui Calvano y Gabriela Gauna- salió en defensa de su aliado y compañero de bancada, el ahora ultra oficialista Yamandú Barrios.
Supuestas expresiones ofensivas, dieron pie para que el concejal “papista”, promoviera una cuestión de privilegio cuyo objetivo es analizar en Comisión alguna sanción para el concejal Lisandro Almirón.
ATENTADO A LA HONORABILIDAD
Más papista que el Papa, el concejal Nieves, aprovechó la oportunidad para exhibir su “dominio” del Reglamento parlamentario y luego de recitar un puñado de artículos recibió el apoyo solemne de la mayoría automática. Resultado: el comportamiento del concejal Almirón será juzgado y consecuentemente recibirá una “amonestación” no especificada.
Sin embargo, es extraño que los concejales de la bancada oficialista, no tengan reparos en funcionar como una escribanía silenciosa y no cuestionen ni objeten ninguna de los “deshonrosas” acciones del Ejecutivo municipal.
ALMIRÓN: CASI UN HEREJE
El espíritu de cuerpo funcionó en sintonía y la bancada mayoritaria salió en defensa del supuestamente agraviado Yamandú Barrios.
La herejía del concejal Almirón fue decir “no voy a polemizar con el vocero oficial y adulador profesional”. En verdad, se quedó corto, en buen correntino la expresión justa hubiera sido “terrible chupamedias”.
Por si fuera poco, el ex funcionario de Tassano, hoy concejal oficialista, militante popular -no se sabe si justicialista, peronista, radical u oportunista- expresó a viva voz “no se preocupe Presidente maldición de burro no llega al cielo”. Pero, para el concejal Nieves, lo dicho por Yamandú Barrios pertenecía más a una conversación de “granjeros” que a las expresiones de un legislador comunal.
Parece que, la ley es dura pero es ley, no corre para todos en la misma dimensión. Porque lógicamente, quien hizo la vez de Presidente en ésta sesión era Julián Miranda Gallino -alias el mudo- que en ésta oportunidad se descubrió que puede hablar y resolvió no cederle más la palabra al concejal Almirón. El mismo que encarnaba la herejía de no callarse lo que cualquier vecino quisiera decir.
OFICIALISTAS CIEGOS, SORDOS Y MUDOS… A VECES
Para la bancada oficialista el mote de “sumisos dependientes” no sería una sentencia crítica. Desde que están en el ejercicio del gobierno comunal han dado muestras irrefutables que de “santos no tienen ni la estampita”.
Los concejales de la mayoría “honorable” hasta se sorprendieron ayer cuando Nelson Lovera pidió la palabra para solicitar se le autorice su abstención. No hizo lo mismo, no se abstuvo de hacer negocios con el Estado siendo concejal. Vaya el recordatorio https://politicaencorrientes.com/cambio-de-socios/
Son variadas y numerosas las incongruencias que desnudan una falsa moral y la ausencia de ética de una mayoría de los concejales capitalinos. Para que abundar…
UN BAÑO DE REALIDAD
La pulcritud reglamentaria de Fabián Nieves es contrariamente proporcional a su actitud. Porque no se interesó en profundizar los detalles de la escandalosa contratación de un inmueble cuyo apoderado es Juan Ignacio Romero, comprobadamente “relacionado” con el matutino que hoy publica un reportaje del “inquisidor” concejal de la Coalición Cívica – ARI en la que manifestó:
Por su parte, Nieves solicitó una cuestión de privilegio para que se analice en la comisión de Legislación si se incurrió o no en una violación del artículo 160 del reglamento interno del Concejo Deliberante que prohíbe agresiones o expresiones ofensivas, o malintencionadas. El edil de la CC-ARI explicó a este medio que la comisión tendrá a su cargo evaluar si corresponde una sanción o sólo quitar de la versión taquigráfica las expresiones presuntamente ofensivas. Las sanciones pueden ser de carácter económico o una amonestación. “No es la primera vez que hay expresiones de esta naturaleza. Y ha generado confusión cuando, por ejemplo, dijo por redes sociales que echaron a la directora de Despacho cuando en realidad se estaba jubilando”, señaló el edil. Un día antes de la sesión, Almirón había manifestado su renuncia a las comisiones asignadas en el cuerpo en reclamo porque no avanzaban los proyectos propuestos por la oposición.
EL FONDO DE LA CUESTIÓN
Toda esta novela hace pensar que la idea fija es aplicarle un “sosegate” a un concejal debutante que sesión tras sesión pide transparencia, institucionalidad, y sobre todo acceso a la información.
Quizá el concejal Almirón haya tomado muy a pecho eso de “legislar y controlar”, funciones propias de cualquier legislador.
Algo que incomoda a varios secretarios de área, al intendente, al vice y hasta a funcionarios del Ejecutivo provincial.
Pero, una golondrina no hace verano… Mucho menos si a cualquier momento intentan bajarla de un hondazo.