
ESPERANDO QUE PASE EL CARNAVAL
Hay una euforia incontenible. La victoria da derechos que no se empañan con las obligaciones. Para cumplir, habrá tiempo. Mientras, hay que tratar de no perder el foco de la festividad. Seguir la marcha detrás de los festejos, para no perder de vista a los que no se exceden y prefieren volver a la realidad. Sin embargo observar se torna un ejercicio imprevisible. Es avanzar y detenerse, mirar hacia atrás y recomenzar el desfile. Siempre siguiendo el rumbo de la masa exultante. La fiesta avanza. Y allá vamos, presenciando los instantes de duda de quienes tratan de otear el horizonte, deseosos de que una tormenta de verano no empañe el petit carnaval.
SEAN ETERNOS ESOS PRESOS, QUE SUPIMOS CONSEGUIR…
Podría decirse que la mayoría se nutre de un optimismo impaciente, aprovechando la corr...