LA INTERNA ¿ACOMODA?

El PJ busca un rumbo y apuesta a la interna para acomodar los “tantos”. Cargos partidarios y electivos se disputaran en el primer semestre del 2023

La interna prometida y tan temida parece, alumbrará en marzo del 2023. Por lo menos es lo que se deduce de las declaraciones del grupo de “compañeros” que se reunió al inicio de ésta semana.

Sin embargo, se notaron algunas ausencias que potenciaron el protagonismo de los referentes presentes.

LA ORFANDAD OBLIGA

Huérfanos de “identidad” institucional y de “liderazgos” territoriales, los peronistas correntinos buscan constituirse en una familia unida y aspiran a que la cabeza del clan ponga orden y asigne tareas y responsabilidades.

Sobre todo, teniendo en cuenta la anemia de su caudal electoral que elección tras elección, se agrava.

La pérdida de “glóbulos rojos” sanos mina las posibilidades de que el “cuerpo peronista” se oxigene y genere expectativas de salud plena en la vida política partidaria.

Además, esa flaqueza que se presenta casi como una enfermedad incurable, no solo resta votos, también los exporta hacia otros espacios políticos.

FRACASO DE LOS “TERAPISTAS”

Desde agosto de 2019, cuando fuera designado Julio Sotelo -chaqueño-; hasta mayo de 2021 que Juanchi Zabaleta –puesto a dedo por Alberto Fernández– se hizo cargo a medias de la intervención del peronismo correntino, nada cambió.

Electoralmente, los éxitos del PJ autóctono fueron la resultante de liderazgos acotados en algunos municipios de la provincia.

La otra cara antagónica -desazón y derrota- tuvo como escenario el distrito Capital, donde el peso del mayor padrón electoral dejó en evidencia que la representatividad no pasa por la presencia en los medios o la “trenza maquiavélica“, que parece apuntar a otros intereses, ajenos a las demandas de la ciudadanía.

Lo curioso es que casi todos murmuran contra la injerencia de los “dirigentes importados“, con el latiguillo argumental de que “el peronismo correntino debe decidir por sí mismo conducción, estrategia y candidaturas“. Sin duda una definición que, en la mesa chica, se esconde bajo la alfombra.

CASI ETERNOS E IRROMPIBLES

Una mirada retrospectiva muestra la reiteración de nombres en diferentes cargos institucionales y electivos.

Parece que la dirigencia peronista sobrevive mutando solo el discurso sin cambiar los nombres. No solo eso, la “unidad” nunca fue inclusiva y si corporativa.

Es decir, los grupos de poder que se sentaron a la mesa cuadrada, nunca contemplaron ampliar los lados. Mucho menos optar por una amplia participación que podría haberse materializado en una mesa redonda.

De ahí que la “meritocracia” se mide por parentescos y amiguismo. Ese mecanismo permite la instalación de “candidaturas” a dedo o por herencia.

Salvo raras y contadas excepciones, como la que materializó la “liga de intendentes“, que consiguieron hacer pie en bancas legislativas con candidatos propios gracias a su rebeldía.

El Déjà vu -lo ya conocido- garantiza, más que nada, la huida de los electores en busca de otros actores. Pero, parece que el peronismo correntino, no entiende la “música“.

ENTRE LAS “TRIBUS” Y LOS “ALIADOS”

La interna prometida deberá satisfacer, además de las pretensiones de la “cúpula“, las exigencias de las “tribus“. Estas últimas, inclusive, con “personería política paralela“.

La otra interna –la temida– transita los caminos de la dependencia de recursos. Fundamentalmente financieros y logísticos, que a pesar de las desmentidas, las “fuentes” de ese apoyo tendrán origen nacional y provincial -peronista y no peronista-.

Una interna del volumen que representa la “normalización y las candidaturas” del PJ correntino representa una oportunidad tentadora para los “apostadores poderosos” de la política local y nacional.

Además, el escenario se complica cuando -por intereses propios- los aliados del Frente que conduce el peronismo, procuren que la conducción local sea “permeable” a sus expectativas.

HAY QUE PASAR EL VERANO

Y para colmo en modo “campaña“. Observando, principalmente, como se definen las elecciones nacionales. El “armado” nacional del peronismo tiene prioridades. Y el distrito Corrientes no es justamente prioritario.

Es decir, pensando en elecciones, el peronismo correntino deberá concretar su interna; armar su estrategia con los aliados para las legislativas comunales y provinciales de medio término. Y luego, con resultados en la mano, “insertarse” en el esquema nacional.

Difícil tarea, teniendo en cuenta que no se eligen cargos ejecutivos en la provincia y que, además, las bancas legislativas nacionales que se pondrán en juego son dos diputados de los tres con las que hoy cuenta el bloque correntino del FDT.

Pero, de todas formas, el interrogante que repiquetea en la cabeza de la dirigencia y en el alma de los “compañeros” es: LA INTERNA ¿ACOMODA?

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