Alerta amarilla en el PRO correntino. La interna desnuda una crisis de identidad. Las “tribus” pierden el foco y se agreden por portación de apellidos. Lo grave: algunos quieren ser adoptados por La Libertad (NO) Avanza
La alerta amarilla preocupa. Sobre todo porque se desconocen miembros de una misma familia.
En momentos críticos se descubren las debilidades y las fortalezas. En el PRO correntino, la crisis, pasa por la identidad.
¿Se debilitó la familia y se fortaleció la sectorialidad?
ALERTA AMARILLA
La pregunta que flota sobre la cabeza de los amarillos correntinos es ¿Por qué y para qué nos peleamos?
En realidad ni siquera pelean por ellos mismos. No hay nada para repartir. Y, cuando lo hubo, las decisiones fueron aceptadas sin mayores traumas.
Ahora resulta que, la gran familia del PRO correntino, tiene una discusión entre primos. Y por lo visto, la excusa es: ¿quién es el mejor tío: Macri, Bullrich, o Rodríguez Larreta?
No debería ser tan así. Porque la conducción nacional ya fue definida. Salvo que la familia PRO correntina piense y sienta que la interna continua.
¿O será que hay una crisis de identidad?
IDENTIDAD A TERAPIA
Cuesta imaginar que el universo de militantes del PRO haya caído en la trampa de la duda. Siempre hubo posiciones que representaron matices. Nunca hubo fracturas expuestas que desequilibraran la frágil proporcionalidad de la conjunción de intereses y aspiraciones. Y eso que en el PRO Corrientes, están representadas, casi todas las especies.
Sin embargo, la gesta individual de Bullrich, sembró la fantasía de que el PRO podía ser un socio a futuro del proyecto Milei. Error. El Presidente no acepta coprotagonistas. Pero estaría feliz con el hecho de que los militantes del PRO se afilien al partido de Karina, su hermana.
Los seguidores de Rodríguez Larreta ya hicieron el duelo. Ya pasó. Se perdió en las PASO y se enterró el proyecto. El ex lord mayor de CaBA hace la suya y construye. Cuando esté terminado su proyecto se sabrá cuantos seguidores conserva.
Mauricio pasó a ser el más cuestionado. Pero es el único que puede decir “ésta boca es mía“. Y no es una referencia al club.
Macri ya dio muestras de que no lo acompleja ni el fracaso ni la derrota. Resiliencia y liderazgo. ¿Se lo pueden negar?
ACÁ NO HAY GENERALES…
Si fuera una fuerza castrense se diría que en el PRO de Corrientes todavía no hay ningun general. Es decir, la dirigencia local todavía no está madura para definir estrategias locales o, generar desacatos y rebeliones.
Todos, sin excepción, se rigen por las decisiones estratégicas que establece la cúpula. Casualmente, atiende en Buenos Aires.
Inclusive, hasta las cuestiones domésticas dependen de otros factores de poder. Sin aceptar lo que ECO le cedió o le otorgó, por acuerdos de cúpula, ninguno de los referentes del PRO tendría lugar en cargos legislativos o ejecutivos. Es decir, no tienen vuelo propio. No se parecen a los hálcones y para palomas ya engordaron demasiado.
ESCONDIDOS O MIMETIZADOS
En el PRO de Corrientes hay títeres y titiriteros. Algunos son famosos y conocidos. Otros, han cultivado la capacidad de influír sin aparecer.
Pero, algunos se tomaron muy a pecho el personaje y creyeron que estaban preparados para actuar a título individual y que los demás lo sigan. Ese fue el error del joven Garavano.
Lo mismo sucede con Ingrid Jetter. Una excelente vendedora de sí misma pero que no emite factura ni da garantías. Es decir, ella es ella. Desde el primero al último lugar se asegura de no dejar opciones abiertas. Ese personalismo, no suma.
Sofía y Lorena son consecuencia de generosidades convenientes de Gustavo Valdés. El problema es que, los militantes del PRO Corrientes, pensaron que ambas los representaban. Perdiendo y aprendiendo. ¿Será?
Queda Flavio Serra. Tan sano que para las lides políticas es inofensivo. Pero cuidado, es más inteligente de lo que muchos suponen. Y su aprendizado no transita el capricho. Por el contrario, la dinámica le impone: observación y mesura.
