CANDIDATOS CORRENTINOS A DEDO Y SIN CONTENIDO

Los próximos diputados nacionales por Corrientes llegaron a dedo y sin contenido. Mucho discurso y cero proyectos son características comunes de quienes tienen casi asegurada una banca

Para los involucrados el título puede parecer una aseveración despectiva. Sin embargo, el monopolio de la designación de candidatos, potestad exclusiva de las alianzas y los partidos que la integran -a través de sus cúpulas- dieron argumento para esta afirmación irrefutable.

Alfredo Vallejos; Nancy Sand; y Lisandro Almirón, están igualados por como accedieron a sus precandidaturas en las PASO del 13 de agosto: sin competencia y por la decisión casi omnipotente de uno o algunos pocos referentes de los espacios que integran.

Con matices, porque en política no hay blanco o negro, los tres postulantes -que encabezaron sus listas- matemáticamente hoy casi electos diputados nacionales, son directos beneficiarios del dedo indicativo de quienes decidieron que la oferta electoral sea única.

Mal o bien el sistema, sin ser absolutamente representativo, por lo menos permite al ciudadano optar y no elegir. Y para colmo, la metodología es tan perversa, que ni siquiera la participación es una acción voluntaria. Es decir, participar es obligatorio y no hacerlo implica una sanción.

Lo que no está prohibido son la unción ni la exclusión.

PARECIDOS, PERO NO IGUALES

Nominados para encabezar la lista de sus espacios políticos, Vallejos, Sand y Almirón son resultado de estrategias internas diferentes. Pero, en definitiva, con el mismo resultado: liderar listas únicas.

Alfredo Vallejos, el radical que lideró la lista ECO + Vamos Corrientes, oficialismo territorial que respaldó las dos opciones presidenciales de Juntos por el Cambio, fue beneficiado con la imposición de manos del gobernador Gustavo Valdés. Detrás de él, el mesías de la correntinidad ungió a Ingrid Jetter del PRO quién pretende su reelección. Ambas nominaciones no fueron debatidas y mucho menos cuestionadas en los cuerpos orgánicos partidarios. En la mesa chica de la alianza oficialista local la voluntad de Valdés es Ley.

Nancy Sand, es la compañera que prevaleció en las negociaciones del loteo de poder que aglutina al PJ, el kirchnerismo y el massismo en Corrientes. Fiel reflejo de lo que representa el Frente de Todos, hoy Unión por la Patria, en el ejercicio del gobierno nacional. Es decir, no por ella, y si como consecuencia de una administración coparticipada del poder político la decisión fue premiar a un exponente del sello Justicialista para encabezar la lista de diputados nacionales. Como era de esperar, lista que no tuvo oposición y cuya composición es un acuerdo de cúpula.

Lisandro Almirón, es el protagonista de una paradoja política. Los detalles de la construcción que le permitieron encabezar la lista única de La Libertad Avanza es casi una novela. Vale decir que Unión Celeste y Blanca, el partido que preside Almirón a nivel local, forma parte de la base que le permitió a Javier Milei construir la alianza nacional que lo habilitó a ser candidato presidencial. Sin embargo la interna entre aspirantes de distintos sectores en varias oportunidades le generaron al edil capitalino redoblar los esfuerzos y ajustar su estrategia para consolidar el modelo que los operadores de Milei habían impuesto a sus representantes provinciales.

No fue fácil ni magia -dicen en su entorno- superar las diferentes zancadillas que el poder político de Corrientes le propinó a medida que progresaba en la concreción de una versión local de La Libertad Avanza. El radicalismo capitalino invirtió en la creación de un “partido libertario” para erosionar las posibilidades de los referentes de la alianza que lidera Milei. Y por supuesto la seguidilla de “campañas mediáticas” instrumentadas por los eternos voceros periodísticos de los medios pautados que tildaron a Lisandro Almirón de kirchnerista.

Aún así, el candidato es el resultado de un efecto espejo. Es decir, supo consolidar institucionalmente las condiciones y exigencias que los armadores nacionales determinaron como excluyentes para liderar la representación del espacio en los territorios. Almirón acuñó una alianza integrando partidos; logró convergencia de representantes de diversos orígenes en respaldo a Milei; fue prolijo en la gestión administrativa electoral de la alianza local; y no se amilanó ante los carpetazos que le tiraron de todos lados.

El efecto espejo es nítido, cuando la conclusión demuestra que Lisandro Almirón se nominó él mismo, tan solo con hacer bien los deberes, en un todo de acuerdo a lo que La Libertad Avanza valora y premia: no traiga problemas, aporte soluciones.

EXCESO DE RÉTORICA Y AUSENCIA DE CONTENIDO

No es una excepción. Por el contrario, es una regla, que los candidatos apelen a las frases hechas y las expresiones retóricas para ponderar la conveniencia de que son la mejor opción para el electorado.

Ninguno se sale del libreto que imponen los marketineros políticos. Los conceptos que generalizan lugares comunes son el caballito de batalla de los candidatos. El archiconocido y vacuo “defender los intereses de Corrientes” irrita al electorado.

Para los candidatos de Valdés, repetir los dichos del jefe, es congraciarse con quien los postuló para una beca legislativa. Impensable apartarse de la victimización; del apelo a la correntinidad -supuesta condición de inmaterial autosuficiencia-; de la crítica sesgada y del olvido selectivo. Alfredo Vallejos ni siquiera es conocido en la totalidad de los barrios capitalinos. Ingrid Jetter acarrea denuncias varias por diferentes motivos, tanto como funcionaria de la gestión Macri y en su rol de diputada nacional.

En Unión por la Patria sus candidatos exageran con la repetición de una larga y monótona lista de derechos y beneficios que no se condice con la realidad que expone el creciente número de argentinos sobreviviendo entre las rejas de su casa -si tienen casa-; o la hipócrita medida de otorgar créditos subsidiados a los jubilados para que puedan consumir; siempre recalcando que ellos te dan cuando nada de lo que puedan dar es de ellos.

Y por último, el mensaje proselitista de La Libertad Avanza, que obliga a los ciudadanos a hacer ejercicios de interpretación para poder entender no solo de que se trata sino también como van a implementarlo.

En definitiva, más de lo mismo. Una sucesión de acusaciones porque la culpa es siempre de otros. Promesas al por mayor, que la misma dirigencia política se dedica a incumplir. La confirmación de la sospecha en el sentido de que el sacrificio deberá hacerlo el pueblo.

Una síntesis de que en campaña todos pregonan nuevas esperanzas. Aunque la historia se repite irremediablemente y el fracaso corona cada gestión, sin importar de que partido son.

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