Por Julio Eduardo GEREZ
Una Corrientes de MUJERES. Vienen empoderadas y desafiantes. Construyen poder. Son abanderadas; nexo y componedoras; y a veces el último recurso inevitable
Crece y se fortalece, en la provincia, una Corrientes de Mujeres. Es indisimulable y, además, trasciende la obviedad y germina en todos los espacios y actividades.
El escenario social y político es inmejorable. La estrategia de ampliar ámbitos participativos y solidificarlos, es una herramienta positiva y productiva.
Sobre todo, cuando el mensaje no se resume a la victimización; a la protesta invasiva y agresiva; a justificaciones que superan el derecho de cada una para intentar imponerse sobre un colectivo que no utiliza el término feminista como la antítesis del masculino.
CORRIENTES, DE MUJERES
La limitación geográfica no es caprichosa. Es sí, descriptiva. En Corrientes, hay mujeres empoderadas y desafiantes. Empresarias; profesionales; gerenciadoras; educadoras; comunicadoras; políticas; juezas; madres, hijas, hermanas, abuelas y amigas también, que minuto a minuto le dan sustento al reclamo de igualdad de oportunidades.
Legislado o no, el derecho reclamado no es una opción y sí una condición para que la sociedad se desarrolla hacia mejores perspectivas en equilibrio y equidad.
Es decir, de ellas nacieron y nacen los gestos y acciones que construyen, bajo preceptos de sensibilidad y sentido común. Es otro estilo, menos corporativo y más transversal que el de los hombres. Decir que es más humano sería ilógico e incomprobable. Pero, es diferente. En hora buena, porque las diferencias sensatas son la base de un camino amplio y sólido.
ELLAS CONSTRUYEN PODER
No es necesario personificar para asumir que en todos los roles que la convivencia social y comunitaria implica, hay una mujer que se destaca.
No por su condición de género y sí por sus cualidades y aptitudes que sobrepasan la media promedio en un mundo -supuesto- de hombres.
Explayando la mirada en 360 grados, no es una novedad que sean abanderadas en deportes; producción y comercio; ciencias; manifestaciones culturales universales. Siempre estuvieron. Ahora, más visibles. Llegaron y van a seguir. Construyen poder. Sano.
CARÁCTER Y VISIÓN
No es el número ni la masificación lo que les da relevancia. Es la suma de carácter y visión para sentarse a debatir que no hay enemigos entre miembros de una misma especie que se supone, busca lo mejor para todos. Sin exclusión.
Esa predisposición racional pero superlativamente humana, las ubica en un plano de conversación componedor y las convierte en el único y más eficiente nexo para el entendimiento.
Lo saben y lo potencian. Son mucho más realistas que la realidad virtual. O la cruel, que aprisiona el día a día de aquellos que no alcanzan lo mínimo para subsistir con dignidad. Es su naturaleza. No hay dudas.
Y ellas siguen. Sin la pretensión de ser heroínas pero con el coraje de quien es capaz de parir y morir por lo que siente suyo y es de todos a la vez.
AL LÍMITE…
No hace falta que las citen ni las notifiquen. El protocolo y la burocracia no germinan en ellas con la misma naturalidad que la entrega y el sacrificio.
Cuando las papas queman, son las primeras en dar un paso al frente y ponen lo que no tienen -esa referencia anatómica vinculada al coraje- aunque ese paso signifique perder más que ganar. Claro, no son resultadistas. Son sobrevivientes y ayudan a sobrevivir. En lo peor de cualquier crisis, ellas son las que contienen a todos. ¿O no?
Si la política necesitó de una ley para asignarles un cupo, la sociedad no necesita ley ni cupo para reconocerles el lugar que se han ganado minuto a minuto desde que la humanidad existe.
Son imprescindibles. Son la última lágrima. La última gota de sangre. La última palabra de aliento. El último gesto de piedad y perdón.
Que suerte, para todos, que sean el último recurso. Eso significa, que no habrá final mientras una de ellas MUJERES, sigan latiendo por la humanidad.
