CORRIENTES POBRE VALDÉS

El gobernador Gustavo Valdés se ofendió por los resultados de la EPH -Encuesta Permanente de Hogares- que el INDEC difundió ubicando a la provincia en el tope de la pobreza. Insinuó que los índices no representarían la realidad porque la metodología obvió acciones reales que el gobierno impulsa diariamente a través del plus en negro y la asistencia alimentaria a escolares.  Para redondear la imprevisibilidad, optó por desafiar al INDEC asegurando que desde su gestión implementará un “sistema de medición” propio.

Corrientes pobre y Valdés enojado. El gobernador recibió la confirmación de una triste realidad de la mano del INDEC, organismo que en la gestión Macri, representa uno de los pocos aciertos al haberle devuelto credibilidad y profesionalismo al área que se encarga de relevar y procesar los datos que determinan los índices estadísticos.

Más pobres e indigentes, es el resultado angustiante que los fríos números estadísticos, ubican a la ciudad de Corrientes en el primer lugar sobre un total de 31 aglomerados urbanos. La Encuesta Permanente de Hogares que para la región Noreste tuvo como territorio a relevar a las ciudades de Formosa, Corrientes, Posadas y Gran Resistencia coloca a la capital provincial como el núcleo urbano dónde aumentaron los niveles de pobreza e indigencia de manera alarmante.

CORRIENTES POBRE VALDÉS

El gobernador no tuvo mejor idea que ofenderse y cuestionar el rigor técnico de la metodología aplicada por el INDEC. Fue poco feliz su afirmación de que su gestión “generará” sus propias estadísticas. No es tan sencillo generar números confiables. Pero sí es mucho más fácil dibujar índices que representen un bienestar ficticio que engalane una gestión de gobierno poco productiva e ineficiente o peor, poco realista.

Una mirada al pasado no tan lejano obliga a recordar que el “kirchnerismo” dinamitó la confiabilidad de las estadísticas al politizar  y precarizar el “manejo” de las funciones del INDEC.  Pero si Valdés pretende reeditar esa experiencia nefasta, aun llevando en consideración que la Dirección de Estadísticas provincial no es comparable al INDEC y mucho menos equiparable, tal acción dejaría en evidencia la necesidad política de generar números subjetivos y relativos. Poco confiables y menos transparentes.

EXCUSA INJUSTIFICADA

Aducir que el método aplicado por el INDEC “ignoró” el PLUS SALARIAL de $ 6.500 es reconocer que el Estado correntino paga parte de los salarios en negro. Un hecho fáctico que poco favor le hace al gobierno, admitiendo que aun violando normativas laborales vigentes, siquiera así consigue paliar la crítica situación de miles de correntinos. No hace falta recordarle al gobernador que no todos los habitantes de la ciudad de Corrientes son empleados públicos de algunos de los tres poderes de la administración Valdés.

También es innecesario, pero por las dudas, es oportuno apuntarle que los empleados municipales en su mayoría revisten la condición de pobres, por gracia y efecto de sueldos míseros y un menú de “contratos basura” cuyos salarios son un subsidio encubierto y no una remuneración legal que represente la otra parte de una contraprestación por trabajo realizado.

Y por si esto fuera poco están las “becas”, cuyo número de beneficiarios solo Dios conoce. Asistencia ésta que por su metodología de aplicación representa más una dádiva política y no una “política de estado” destinada a contener mínimamente a los ciudadanos víctima de la crisis.

LOS “CUNUMÍ” POBRES

Cuando Valdés hace mención a la asistencia alimentaria brindada a los niños que concurren a las escuelas, evita adrede mencionar que el programa ha sido cuestionado hasta el hartazgo. La realidad particular del gobernador le impide reconocer que un refrigerio en la escuela no garantiza la mínima alimentación que un niño necesita.

Es un hecho que el menú ofrecido por las contratistas difiere de las costumbres alimentarias propias de la región. La justificación científica del contenido nutricional no llena el estómago y a veces, el plato de comida queda intacto o a medio consumir. Interesante sería  que Vignolo, Colombi y Valdés por lo menos una vez al mes, consuman lo mismo que le sirven a los niños.

Los escolares correntinos no son “pelicanos”. Consecuentemente, no pueden cargar en su boca, parte de lo que le dan en la escuela para compartirlo posteriormente en sus hogares con el resto de la familia.

Si la intención del gobierno puede ser juzgada como buena, no hay ninguna garantía de que sea eficaz. El hambre está, aunque se inviertan miles de millones de pesos para solventar la actividad de las dos contratistas.

IMPROVISAR NO ES LA SOLUCIÓN

Hay 144 mil correntinos que deberían preocupar a Gustavo Valdés. Sin embargo, el gobernador prefirió “cuestionar-justificar-amenazar” en ese orden. No se lo notó indignado por la angustiante realidad; se ofendió porque la realidad real no es la que él pondera a diario.

La Dirección de Estadísticas y Censo del gobierno de Corrientes no está preparada para recabar, procesar y establecer ningún tipo de índice serio. La prueba es la obsolescencia de su estructura y la ausencia de actividad específica a sus funciones.

Acceder al “portal” del organismo es un viaje a lo antiguo, desactualizado, precario, improvisado. Lo que el organismo provincial exhibe como datos locales de generación propia representan información del año 2013, presentados en “planillas de Excel”, documentos en “ Word”,  e inclusive un rústico “Power Point” para su EPOH –Encuesta Provincial de Ocupación Hotelera-. Nada nuevo. Nada actual.

¿Cómo hará Valdés para poner en funcionamiento un organismo que hoy luce en estado vegetativo? ¿Qué tipo de garantías harían sólidas las cifras de un “índice” propio, gestionado de manera parcial por el mismo interesado en que los “números” le sean favorables? Una pena que el gobernador focalice su atención en los números cuando estamos hablando de niños, adultos mayores, mujeres y hombres correntinos. Todos, no significa TODOS. Aunque el gobierno abuse del “Corrientes somos todos”, hay miles de correntinos que parecen invisibles a los ojos de quién gobierna.

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