Mañana la Cámara Baja y el Jueves la Alta, tendrán la responsabilidad de habilitar “Paridad de Género” y “Voto Joven”.
El entramado de intereses que el oficialismo no consigue organizar, es el laberinto por dónde se debaten estas dos iniciativas del Ejecutivo, en busca de una salida elegante.
MACHOS ALFA
En caso mando yo… es relativo. Los partidos han definido incorporar a sus cartas orgánicas todos los derechos que se aplican en materia electoral en las leyes nacionales.
Sin embargo, cuando los papeles recalaron en el legislativo correntino, la orden de los “popes” partidarios de la mayoría fue: “ojo, eso no debe salir para aplicación inmediata”.
UNA ILUSIÓN
Jóvenes y damas, van atrás de una patriada. Pero saben, que tal vez la aplicación de la ley sea manipulada en los partidos políticos, beneficiando a esposas, hermanas, hijas u otra figura femenina relacionada para ocupar los cargos que la Ley implementaría.
Los partidos con mayor representación en el legislativo, tienen cúpulas manejadas por “machos alfa”, que no dudarían en aprobar la norma, pero recurriendo a la indicación a “dedo” de las candidatas. Cosas de la política o las democracias partidarias.
APENAS UN APÉNDICE
Si las iniciativas se aprueban, aplicarlas con “justicia” será una tarea para cada agrupación política. ¿Pero cómo garantizar algo que está en manos de los caudillos partidarios? Tarea difícil. Grandes, medianos y chicos, sellos institucionales al fin, están manejados por círculos de poder con pocos miembros y absolutamente inflexibles a la hora de practicar una democracia participativa. En ese escenario, una Ley, no es garantía. Tal vez, la norma, termine como un mero apéndice.