ESCENARIOS DEL PERONISMO CORRENTINO

Los escenarios del peronismo correntino capitalizan su heterogeneidad bajo tutela. Todos buscan ser referentes del “sentimiento”. Pero la realidad convierte la “representación” en opereta

Los peronistas correntinos son todos oficialistas. Cuando hablan en nombre de cualquiera de los dos Fernández.

Pero, en Corrientes, desde una impostada oposición ejercitan una complacencia inaudita que a la vista de su electorado los empareja con el oficialismo gobernante.

Todo tiene que ver con todo. Los vasos comunicantes entre las aspiraciones electorales y el rol que representan -en beneficio propio- desnuda la intencionalidad de eternizarse.

Los “elegidos” del Frente de Todos, sean funcionarios designados o electos, juegan en la misma mesa donde apuestan Valdés, Colombi y hasta referentes externos hoy autodenominados “republicanos“.

Y para colmo, la institucionalidad partidaria está en el freezer.

BAJO TUTELA

Salvo excepciones que se pueden contabilizar con los dedos de una mano -y sobran dedos- la mayoría de los dirigentes peronistas dependen de un tutor.

Es decir, todo lo que hagan o digan, no son decisiones propias. Pero, los negocios -eso sí- forman parte de los matices que justifican algunas maniobras personales genuflexas.

Sobre todo porque los réditos no se comparten y, la compañerada queda fuera de los quioscos. Institucionalizados o no.

Ninguno puede eximirse del juego de “la mancha“. Ni los legisladores nacionales; ni los provinciales; o los concejales; mucho menos los escasos intendentes peronistas.

Son un coro de “sí jefe” que depende invariablemente de lo que Nación le otorga u ordena. O peor, de lo que Valdés esté dispuesto a darles.

LA REPARTIJA

Alberto Fernández llegó a la Presidencia impulsado por un Frente que a nivel nacional integraron quince partidos políticos. Y hay que sumarle un par que integraron el FDT en distritos provinciales. Sin olvidar que cuatro movimientos políticos no constituidos como partidos, aportaron lo suyo en votos.

En Corrientes, ese Frente ganador en el 2019, sumó a la UCeDe -conservador liberal- que convivió electoralmente con los PJ, massistas, comunistas, kirchneristas, radicales K, socialistas, social demócratas, cooperativistas y movimientos sociales satelitales. Un universo de ideas, métodos y objetivos.

Sin embargo, la cosecha de premios no fue tan expansiva. Apenas si el PJ, los Massistas y la Cámpora (puro ADN K), consiguieron coronar algunos cargos locales de origen federal.

Ni siquiera así, en la contienda electoral provincial del 2021, el Frente pudo escaparle a una derrota catastrófica. ¿Repartieron mal? ¿Candidaturas y cargos no se correspondían con la realidad? ¿El elector se equivocó? Nada de eso. Para los dirigentes peronistas locales y sus socios con firma y sello, ganarle a ECO+CAMBIEMOS+VAMOS CORRIENTES es un imposible mientras el oficialismo autóctono mantenga en su poder la birome y las decisiones.

HIJOS, ENTENADOS, TRAÍDORES Y TRAICIONADOS

El peronismo correntino no escapa a la frase popular “cada familia un mundo“. Sin un guía ni distribución de roles y responsabilidades, la tutela es inevitable.

La intervención, una medida excepcional, parece convertirse en una conveniente necesidad. Sobre todo, porque mantiene el “status quo” favorable a la cooperativa y los socios circunstanciales. Los primeros, estrategas que solo piensan en “nominar a dedo“. Los segundos, porque entran y salen del esquema dependiendo de que lugar le ofrecen en las listas o en que organismo podrán colocar un funcionario.

Es tan confusa la situación, que hasta extrapartidarios opinan sobre “quién debe comandar el sello PJ“. Una señal de que el partido no solo carece de liderazgo sino que su independencia ideológica e institucional es una quimera.

El tiempo o la historia, decantará la realidad bicéfala del peronismo en Corrientes. Mientras cogobernaron con Colombi y Valdés –Galantini, Pruyas, y el mutante Canteros; o hasta el mismo Payes segundo de Carlos Vignolo– los “fariseos” pregonaban justicia social pero disfrutaban de las dádivas. Esta exhibición de hipocresía menguó la fe peronista.

De la misma forma que se deciden las candidaturas o cargos por “herencia” o “relaciones“, los peronistas correntinos todavía sufren las consecuencias de que la “cúpula” haya regalado apoyos para posicionar por ejemplo a: Víctor Cemborain (Cambio Solidario), hoy devenido en un “soldado de Valdés“; o Diego Martín Pellegrini (Cambio Popular de Nito Artaza) que entró como diputado en la lista del FDT y ahora es senador por obra y gracia de la seducción Valdés.

Más traumática todavía, la experiencia vivida con Any Pereyra (Liberal Vice intendente de Fabián Ríos) y luego diputada por el FDT, que abandonó la “canoa” en medio de la travesía y se llevó el sello conservador para integrarse irrestrictamente al proyecto de Gustavo Valdés.

El peso del “karma” negativo agobia. Es decir, del “payé” que sufre la compañerada, no lo salva ni el Papa Francisco. Tampoco ningún “pai” recitador de cultos africanos.

UNA PYME GIGANTE

El peronismo correntino se convirtió en una PyME donde conviven los Ceos o gerenciadores y los que todavía no pierden la fe.

Desde Julio Romero en 1973 hasta hoy, pasaron casi 50 años. Casi tres generaciones de electores. Y hay culpables, a lo largo de la novela del PJ, que nunca quisieron encontrar el rumbo.

Juan Zabaleta, el interventor “virtual“, no consiguió escapar a la maldición de los interventores. De su puño y letra salieron los nombres de los protagonistas de la última derrota electoral.

LA INTERNA O MENTIRA PIADOSA

Si los desencuentros del FDT a nivel nacional significan una señal, es obvio que en Corrientes, la interna del peronismo quedará para otra oportunidad.

En medio de la crisis los que están “dentro” de la gestión -lo que no significa que gestionen- esperan las órdenes de los tutores.

Los que están por fuera -parcial o totalmente- aunque imploren por una institucionalización democrática, están sometidos indirectamente al mismo mandato del PJ nacional.

Plazos y costos son los puntos a analizar. Rodolfo Martínez Llano la tiene clara. Y hasta el “atrevido” de Daniel Caram que en el 2017 se vistió de votos propios, piensa que la cuestión financiera condiciona la interna. Según dijo, “no es lo mismo que el funcionario o legislador amague poner la mano en su bolsillo, a que los que no revisten la misma condición tengan casi que hipotecar su futuro para bancar una lista en la interna tan deseada“.

PARA MUESTRA, UN BOTÓN

Cabe, en esta multiplicidad de escenarios, hacer mención al caso del intendente de Mercedes, Diego “Tape” Caram. Por una oportuna simbiosis, convergieron con intereses disimiles, el intendente procesado y un menguado sector de la dirigencia peronista.

Este intríngulis que tiene varias aristas desembocó la semana pasada en un Encuentro por la Democracia. Una convocatoria que tuvo como sede a la ciudad de Mercedes que generó mas confusión que certezas y terminó siendo una tibia manifestación de respaldo, mezclada con una arenga pública contra la administración radical y furibundos cuestionamientos a la Justicia.

Al intendente Caram le sirvió para sentirse acompañado; casi protegido ante una “guerra judicial” -lawfare- que se interpreta como impulsada por el radicalismo y ejecutada por la “Justicia colonizada“.

Y una limitada capacidad de movilización -convocada, no por repentización- expuso a una dirigencia peronista apática, inequívocamente opuesta a la empatía. Ni la concurrencia y, menos los mensajes, tuvieron “cuerpo y alma” de liderazgos.

El desenlace de ésta historia, estará precedida por: una actitud de rebeldía ante el fallo judicial; una inercia de los ediles, incapaces de cumplir con el mandato institucional; una posición expectante del radicalismo que juega al desgaste del peronismo por los errores que se auto inflige; y, una palmaria demostración de que la dirigencia peronista no tiene una “agenda a futuro”.

LA HORA SEÑALADA

El tiempo pasa. No se necesita ser “maestro” ni “sabio” para reconocer la urgencia dramática de estas horas.

Mientras el pueblo trabajador; los jubilados; los desempleados y/o explotados; los niños, niñas y niñez transitan la incertidumbre agobiados por necesidades y carencias, la “dirigencia” peronista correntina y sus aliados se la pasan dando vuelta el “reloj de arena“.

Cuidado, nadie sabe hasta cuando la paciencia se somete a la inacción. No sea cosa que, como dijo el General “con los dirigentes a la cabeza o con la cabeza de los dirigentes“.

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