Ci.Co. en disputa. En trámite: “Tercera Posición”, “Valores para mi País”, “Unidad Correntina Cristiana”. “Nuevo País” ya tiene sello. Y hay media docena más rellenando formularios.
Antes que llegue la “feria”, el volcado de padrones estuvo al orden del día. Es que muchos quieren oficializar un agrupación política porque el 2019 ya alumbra en el horizonte y no se puede dejar pasar el tren.
UN OBJETIVO: “PARTICIPAR”
No son muchos los partidos con historia. Y los que la tienen, la mayoría, son de orden nacional. Sin embargo, la construcción de estructuras políticas, obedece esencialmente a participar a como de lugar en las contiendas electorales.
Hay una necesidad incontenible de crear “espacios” representativos que no superan la barrera del “sello partidario”. Es decir, lograr cumplir los requisitos y obtener la personería jurídica-política, parece ser el objetivo primordial.
No es raro que las Cartas Orgánicas, tengan su origen en algún archivo de internet que les sirva de modelo. Lo mismo ocurre con la Plataforma Política. Juntar una decena de “promotores” no es difícil, si la lista puede ser integrada con parientes y amigos. Lógicamente, integrar la “nómina de autoridades” es chico pleito.
LA CONSTRUCCIÓN
A enero de éste año en Corrientes hay 37 partidos reconocidos. Más del 60% son agrupaciones con relación a un “partido nacional”. Sólo 14 partidos son de orden provincial.
Pero no todos tienen un origen ideológico. En su mayoría son “escisiones”, que obedecen a crisis internas, que por conveniencia particulares se justifican con una “crisis de representatividad”.
En el fondo, la construcción es resultado de la segmentación. Razón por la cual, en los últimos 15 años, la “tranversalidad” se convirtió en el denominador común que aglutina a las nuevas agrupaciones políticas. Los nuevos sellos no tienen límites ideológicos. Sus “hasta acá nomas”, son el grado de participación en un esquema de poder. Eso, es suficiente.
EJEMPLOS VISIBLES
Los partido nacionales han sufrido fragmentaciones. Pero en la mayoría de las veces, esas deserciones dirigenciales, cierran filas en alianzas con su partido de origen. No es lo mismo en el caso de los tradicionales partidos provinciales, como el Partido Liberal o el Partido Autonomista, cuyas “escisiones” han construido acuerdos antagónicos.
Con sólo ver el resultado de la “representatividad”, plasmada desde los “nuevos partidos”, es inevitable concluir que los intereses personales están por sobre la ideología, la plataforma, o el dogma.
Pedro Braillard Poccard, de origen liberal, con un “paso” por el Pa.Nu., ejerce hoy el liderazgo eterno del Partido Popular. Construyó desde su agrupación, espacios de poder que le permitieron ser, diputado, ministro, vicegobernador y senador nacional. Por si algo faltaba, su cuñado es diputado provincial con mandato a vencer. Y su hijo es concejal. El “aggiornamento” comenzó en el “Frente de Todos” en el 2005 y hoy, tras su máximo fulgor integrando “ECO”, coquetea con la posibilidad de sumarse a un proyecto local digitado por el PRO desde la “Rosada”.
Similar fue el camino elegido por Pedro Cassani, que aun transitando el éxodo, no pudo desprenderse del “apellido partidario” y conformó “Encuentro Liberal”, luego de abandonar las filas del centenario partido distrital. “Perucho” no fue una excepción a la regla y constituyó su fortaleza partidaria con parientes y amigos. Al punto tal que su “élite” política está integrada por no más de media docena de “apellidos ilustres”, que a fuerza de cargos, solidifican un proyecto que no admite debate ni discusiones. El “partido” perfecto dirían algunos.
Párrafo aparte para el PaNu de “Tato” Romero Feris, que le imprimió una impronta “desconocida” a la gestión política. Personalista, pasional, pragmático. Pero con la deficiencia imperdonable de no saber medir las consecuencias de que hacer, no significa hacer bien. Por lo menos, para como lo ven, todos los que estuvieron contra su gestión.
LA NUEVA ONDA
La novedad no es tener un “partido político”. Lo moda es tener dos. Quizá por eso el señor vicegobernador, Gustavo Canteros, avanzó en la constitución de “Nuevo País” -una nueva agrupación política de orden nacional- cuyo poder territorial será ejercido con mano férrea por el ex sindicalista, hoy devenido en referente político, como fruto de la “revolución doméstica” que desembocó en un periodo oscuro de intervención federal, donde la mayoría cambió solamente de dueño.
Y son dos, porque en el orden local, el doctor gerencia con solvencia “Proyecto Corrientes”. Y algunos otros emprendimientos más.
HAY MÁS Y TODAVÍA FALTAN…
Ciudadanos Comprometidos, entiéndase Ariel “Alonsito” Baéz y Nelson “Empresario” Lovera, han conseguido un primer reconocimiento a su pretensión de quedarse con el nombre de la Alianza que integraron el año pasado. No será fácil robarles el caramelo, están muy bien relacionados, y a ésta altura de los acontecimientos el que se durmió, perdió.
El P3P o “Tercera Posición”, está a horas de lograr su reconocimiento en el distrito. La agrupación política fue gestada por Luis Barrionuevo y Graciela Caamaño, y ya cuenta con reconocimiento en varios distritos.
Un colectivo que se lanzará a la incursión política de manera directa son los movimientos evangélicos. Quizá, tomando el ejemplo exitoso de Jair Bolsonaro en Brasil; o en la intención de radicalizar ciertos principios dogmáticos en una sociedad que se fragmenta entre las modas y las costumbres, los pastores han decidido tomar partido en las cuestiones políticas. Siendo así, en Corrientes están en formación dos agrupaciones que tendrán su núcleo duro en los creyentes y seguidores de la palabra de Dios.
Pero faltan aun algunos más. Sobre todo porque las aspiraciones son impostergables y el escenario “nebuloso” favorece el surgimiento de nuevos liderazgos. Habrá que esperar hasta fines de marzo de 2019 para conocer el listado del total de los partidos políticos que competirán por espacios de poder en las elecciones legislativas provinciales y municipales y porque no, en las legislativas nacionales.