LA “ROSCA” VIENE A FULL

La rosca viene a full y la casta debe sacudirse para enfrentar los cambios

Por Aguará Popé

Los tiempos le imponen a la dirigencia política dedicarse a la rosca a full. La realidad superó la ficción y para sobrevivir y sobrellevar la crisis hay que adaptarse a las circunstancias.

A pesar de Milei y sus argumentos, se terminaron los relatos fantasiosos y la ciudadanía exige gobernabilidad. Eso implica que de una vez por todas se erradiquen los privilegios. Haya transparencia y equidad. Se explicite un plan económico. Se garantice seguridad. Y que educación y salud sean los pilares de un modelo abarcativo no discriminatorio.

EL FENÓMENO

Hay un Presidente que le ganó por lejos a todas las estructuras partidarias. Quebró el sistema partidocrático en los modos y las formas; sin comité, sin líderes territoriales, sin estructura orgánica y sin recursos de gestión pública, penetró en cada rincón del país.

Apenas con la foto y dos frases simbólicas, coronó candidatos en casi todos los distritos. Ni siquiera necesito que sean buenas ofertas electorales o que, en las mediciones de las encuestas algunos (con experiencia, otros, ninguna) se destacaran. Por eso, hoy hay varios legisladores nacionales que a pesar de no conocer el concepto de “república” se convirtieron en representantes sin saber bien de qué o de quién.

Para algunos, los partidos políticos en gestión de gobierno o en su rol de oposición, son los únicos y absolutos responsables de la crisis de representaividad y el rechazo a la actividad política tradicional.

La razón o motivo real -no, aparente- es que hace rato vienen poniendo como candidatos a sus gerenciadores; amantes; o quienes no van a disputarle poder y son meros repetidores de frases sueltas, viejas y archi conocidas.

TODO DIVIDIDO

Juntos por el Cambio que a la postre terminó confirmando que son Juntos por el Cargo, no logró convencer ni siquiera a su electorado histórico. Las agachadas traicioneras fueron protagonistas de un proceso electoral que terminó diluyendo una Alianza que valora más el poder que el proyecto.

Unión por la Patria, el último disfráz del kirchnerismo, agotó su relato dilapidando 2 puntos del PBI durante la campaña intentando “coronar” a un Sergio Massa cada vez más repudiado por lo bajo en todos las tribus que tributan al populismo derrochista.

El ala federal que germina en todos los rincones, balanceándose entre el peronismo, los radicales y los partidos provinciales, confirma con su concurrencia a la “mesa de necociaciones” que el interés supremo está reducido al territorio.

Mientras obtengan algo a cambio van a acompañar cualquier gestión nacional. Eso sí, no admiten que se les indique que deben sanear sus gestiones locales.

PATEANDO EL HORMIGUERO

El Presidente de la Nación asumido solo hace 57 días, materializó en un decreto de necesidad y urgencia -igual que todos los Presidentes anteriores- sus primeras medidas para echar a andar su gestión. Generó rechazó y críticas ácidas, en principio, desde todos los sectores con representación legislativa.

Su iniciativa movilizó a gobernadores, sindicalistas y sectores corporativos en busca de una interpretación judicial que hasta ahora, le puso un freno a las intenciones presidenciales.

Curiosamente, el peronismo hizo un ícono de su defensa de la institucionalidad, recurriendo hipócritamente a fundamentaciones constitucionales y argumentos legalistas rebuscados. Oponerse al DNU es como defecar y no limpiarse el traste, dicen algunos referentes políticos por lo bajo. Es decir, ellos -el kirchnerismo- lo aplicaron sin contemplaciones jurídicas y legales pero ahora les molesta el pañal ajeno.

Además, Javier Milei no solo apeló al decreto, también envió al congreso un proyecto de ley ómnibus, para modificar o derogar viejas normas que incluyen algunas vigentes que fueron instituídas por el proceso militar. Por la cantidad de normas afectadas es casi una reforma constitucional. Pero, vale recalcar que el contenido de esas modificaciones son justamente lo que el libertario pregonó en campaña.

Hoy el kirchnerismo defiende a capa y espada con argumentos de pueblo trabajador, de clases marginadas víctimas del hambre, de militantes defensores de derechos, lo que no han podido cimentar en una realidad palpable y perdurable que cobije a todos los argentos.

Mágicamente también reaparecieron los sindicalistas. Unos eternos mafiosos atornillados a su mesa chica, que no pueden ni moverse de tanta gaseosa y recursos que le birlan a sus afiliados. En medio del revoleo de nuevas reglas, los gordos que viven de la tuya, enloquecieron ante la posibilidad de que le toquen la caja

LA ROSCA A FULL

Hoy comienza la segunda parte de una disputa legislativa que en su primer acto concluyó con una aprobación en general de una pretenciosa Ley Bases y Principios.

Reducida casi a la mitad, la iniciativa de Javier Milei, enfrenta un escenario que lo obliga a adoptar un comportamiento contradictorio. El Presidente viene diciendo que no negocia -vía redes sociales- pero envía a ministros y legisladores a negociar una salida honorable a su casi segura minimizada pretensión legislativa.

La rosca adquirió ribetes dramáticos al punto de tener que envíar a su jefe, Karina Milei -hermana y funcionaria- para garantizar con su presencia la validez de lo acordado de palabra.

Aún así, la incontinencia argumental del Presidente, sigue deteriorando las frágiles relaciones con las minorías legislativas que, le guste o no, son sus garantes de gobernabilidad.

Sin embargo, las consecuencias de esa disputa por recursos o favores, son más benignas para la gestión nacional que apenas ha comenzado a ejecutar lo que tenía programado y había preanunciado en campaña.

El respaldo en la calle no mermó. Es, para muchos argentinos, la última oportunidad de cambiar algo en serio. Y si fuera necesario, el sangre, sudor y lágrimas tiene un respaldo ciudadano inversamente proporcional a las exigencias interesadas de los sectores políticos representados.

Es decir, aunque no lo admitan, los referentes más importantes de los partidos con representación política en el Congreso Nacional saben que los cuestionamientos a sus actitudes siguen firmes en el espiritu ciudadano de cada uno de sus distritos.

Conclusión, la rosca o las negociaciones, tendrán como resultado un escenario de diálogo forzado pero inevitable.

Porque las circunstancias lo exigen y es lo que el pueblo espera: honestidad, dedicación, responsabilidad y por sobre todo vocación de servicio y no, predisposición a servirse.

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