Por Aguará Popé
La unidad en los medios -para adentro a cara de perro-. Esa es la consigna de los popes del radicalismo en el límite de los plazos para elegir autoridades
Quien aspira a suceder a Ricardo Colombi en la Conducción de la UCR provincial es el
gobernador Gustavo Valdés. Ésto, después de venderse mediáticamente como una opción válida para: los cargos que se disputaron (presidente y vicepresidente) dentro de Juntos por el Cargo (Juntos por el Cambio) en las elecciones del 2023; también intentó ser el
presidente de la UCR nacional.
Nada salió bien. Pero, en política no todo sale mal. Quizá por eso volvió a su pueblo natal
Ituzaingó, a rearmar la estrategia y estilizar su imagen.
RENOVACIÓN EN DISPUTA
En Corrientes, la renovación interna de la UCR, está próxima a suceder. La fecha límite habría operado el 31 de marzo. Es decir, ya debería estar definido si hay prórroga de los
mandatos o llaman a internas.
De paso, esa definición pondría blanco sobre negro en la carrera por ser el indicado o sindicado a disputar la gobernación de la provincia de Corrientes.
El ladero más mediático del gobernador es el senador provincial y uno de los dirigentes del radicalismo de amplia trayectoria, a quien no le gusta que lo interpelen, Noel Eugenio Breard. El mismo se encarga permanentemente de instalar frases significativas en medios radiales como: “considero que Gustavo Valdés es un muy buen socio“. O, “Valdés va ser el presidente en marzo o abril“.
Y también “en el radicalismo siempre hay bullicio, pero políticamente conviene Valdés”. El eterno legislador, hoy senador –que como varios sabe que esta para la jubilación– insiste en: “Lo que tiene que entender el radical es que no solo con ideas del pasado vamos a garantizar el futuro. El futuro se garantiza con imaginario colectivo, con conductas, creando un liderazgo y con ideas nuevas“.
Chamullo de ocasión de un locuaz referente que sabe acomodarse a las circunstancias y, sobre todo, a los liderazgos de turno.
UN DISCURSO PARA LA TRIBUNA
Mientras el gobernador no mezquina ejercicio de poder y arma una línea interna, su hermano Juampi Valdés -intendente de Ituzaingó- aprovecha la inercia de ocasión y se apodera de un liderazgo momentáneo. Jefatura que responde más a un deseo que a una aspiración concreta.
En ejercicio de ese circunstancial rol, el delfín de los Valdés dijo en los medios: “Muchos piensan que los jóvenes están para hacer engrudo y pegar carteles. Pero están para
aportar ideas frescas, una militancia 2.0, sin dejar de lado lo más importante de la UCR,
que es la militancia de campo, estar cerca de la gente, el contacto cara a cara“. Discurso reiterativo si los hay.
También valoró que “hoy, a diferencia de otros tiempos, la política está profesionalizada, a
través de politólogos, con community managers. Es una campaña que no duerme“. La ambición de poder parece producir insomnio permanente en la dirigencia política.
Y éste joven sabe de noches en vela porque nunca hizo ese trabajo de militante, pero sí se dedicó a ser un empresario de la noche.
Esta vertiente interna tiene el nombre de UCR Futuro, y según dicen a su primer cónclave asistieron no más de 40 jóvenes de Berón de Astrada, Villa Olivari, San Antonio de Apipé, San Carlos, Gobernador Virasoro y los locales.
Ya preparan otro encuentro para los próximos días. ¿Otra vez todo financiado por el estado?
Para los desmemoriados, el municipio de Ituzaingó estuvo gobernado por su tío Octavio “El Burro” Valdés 1997 y 2007, quien también fuera diputado provincial (fallecido). Luego siguió Manolo “el sordo” Valdés que fue intendente 2005 a 2013; allí todavía no estaba preparado otro Valdés, así que el municipio paso a manos de Eduardo Burna.
Es evidente que la mesa chica de la organización busca no recordar a su líder Ricardo Balbín dijo: La democracia se fortalece en la discrepancia. Las unanimidades son el camino del totalitarismo.
VIEJOS NUEVOS CONOCIDOS
Valdés tiene algunos escuderos. Los más destacados son Adán Gaya y Diógenes González. También fomenta y mantiene varias líneas internas que hoy ocupan el podio de la preferencia del gobernador: Grupo Lapacho -donde la cara visible es la diputada Andrea Giota-; el grupo Ñaro sustentado en un andamiaje de segundas líneas con poder de ejecución.
Pero, además, Gustavo Valdés tiene en su puño el reaseguro de partidos propios. Vamos Corrientes, hoy casi segura opción para encabezar una nueva alianza. Y, a la par, Unión para el Desarrollo, cuya apoderada es Marta Inés Rachmanko, secretario del Concejo Deliberante de la ciudad Capital.
No podían faltar varios grupos de whatsapp que le ponen pimienta y calor democrático a la interna solapada de la UCR correntina. Abundan los nombres simbólicos. Por nombrar algunos como: El MAY; el Consenso; Unidad; Modeso; La Convergencia; Las mujeres de la
3; Somos Mas; y la lista sigue…
También hay desprendimientos ideológicos que intentan construir espacio de poder como el Partido de Todos -Javier Rodríguez-. Y Forja, la usina que funciona como un lugar de capacitaciones o de encuentros para la agenda del 2025, con el auspicio de Carlos “Mono” Vignolo que se resiste a asumir que ya tiene el boleto picado.
¿HAY ESCONDIDOS O MIMETIZADOS?
Colombi sigue agazapado en medio del monte. Mientras algunos lo esperan con el cuchillo bajo el poncho, el eterno provocador de odios y amores sigue entrelazando intereses y ambiciones de diferente índole y valor. Como siempre se supo, su construcción política es un sabroso mboyeré. Una tentación para los que se arrastran por el llano y una provocación o estímulo para los que no tienen problema en arriesgarlo todo en nombre del vértigo.
Esconder los dinosaurios es una tarea ímproba. La UCR se caracteriza por la abundancia de esa especie. Y no sólo las reproduce internamente, también lo impone en sus aliados.
Los mimetizados ya han sido protagonistas en mandatos encabezados por el radicalismo. Con la excusa de “todo sea por Corrientes”, desde peronistas y hasta camaradas de izquierda; pasando por movimientos sociales y populares; conservadores y hasta viejos enemigos le han dado cuerpo y volúmen al liderazgo tutelar radical.
Pero todo se transforma. Los partidos políticos ya no son los de antes. Y la casta está llena de plebeyos y oportunistas. La voluntad popular es indescifrable hasta que no se cuente el último voto. Y en esa dinámica repleta de zigzagueos, el radicalismo correntino deberá decidir si se canibaliza a cualquier precio o, si entiende que la música no siempre es para bailarla.
Quizá sea conveniente escuchar la armoniosa melodía que emana del pueblo…
