
VALDÉS SIN VOZ NI VOTOS
Valdés medita las consecuencias de la derrota. Peligra la sucesión y su proyecto de liderazgo nacional está en UTI
Lilita acusa. Patricia llora. Macri suspira. Larreta ríe. Colombi anuncia. Massa elucubra. Milei festeja. ¿Valdés?
Gustavo Valdés quedó desteñido y alterado. Como la imagen de sus gigantografías que ocupan decenas de puntos estratégicos en la geografía del taragüi.
El massazo le deja cientos de interrogantes y dos certezas. Primero, peligra la sucesión. La que él pretendía como un reaseguro de continuidad.
Segundo, su proyecto de poder nacional, cuyo instrumento era la presidencia de la UCR, quedó sujeto a revisión. Sobre todo porque no logró diferenciarse de los líderes territoriales -gobernadores electos o en ejercicio- del radicalismo, hermanados en la derrot...