El radicalismo muestra las dos caras. Parece una moneda: de un lado el simbolismo, del otro su valor nominal
Las dos caras del radicalismo permiten apreciar la ambigüedad de su realidad. Ninguna semejanza con los radicales que hicieron historia. Los de ahora son meros digitadores del autocompletar el formulario en lo que se convirtió en parte, nuestra democracia; y mayormente, su estilo de hacer política.
En el país y particularmente en Corrientes, comenzaron el siglo XXI ( De la Rúa10 de diciembre de 1999 – 20 de diciembre de 2001) (Mestre 17 de diciembre de 1999 – 20 de marzo de 2001) a contramano del mandato popular.
Pero esa parte de la historia política argentina y correntina es demasiado contradictoria para sintetizarla en un artículo. Lo que sí se puede deducir por los hechos, es lo que ocurrió con la llegada al gobierno de Corrientes del radical Ricardo Colombi, sus reelecciones y sus sucesores al comando del Ejecutivo correntino.
DEL DICHO AL HECHO…
El axioma que dejara Leandro Nicéforo Alem “Que se rompa, pero que no se doble” fue reinterpretado y últimamente reemplazado por el “Que se doble, pero no se rompa“.
Esencialmente en Corrientes, donde el radicalismo no dudó en aliarse a sus ¿contendientes? peronistas y conservadores, para poder acceder al gobierno vía elecciones.
Es decir, accediendo al poder el 10 de diciembre del 2001 en la persona de Ricardo Colombi, hasta hoy en día en que el radicalismo ostenta el sexto mandato consecutivo en el Ejecutivo y el tercer hombre radical ocupando ese cargo. Dato que la realidad ratifica viendo la construcción del “espacio“.
ADORADORES DEL SILLÓN Y DUEÑOS DE LA LAPICERA
Los radicales son adictos al poder. Para ello no hesitan en generar escenarios y circunstancias que, aun compartiendo la torta, no los prive de manejar el cuchillo. El poder puede ser conquistado en conjunto, pero su ejercicio y delegación es radicalmente absolutista.
El eficiente y condicionante manejo de la lapicera les permitió dividir para reinar. Y si no había qué fraccionar, impulsaron y hasta apadrinaron la creación o conformación de nuevos partidos.
Para los radicales correntinos o, su cúpula dirigencial, parcelar y fraccionar mínimas cuotas de poder no altera la ecuación. Porque la mayoría de sus partidos aliados tienen una vida interna acotada -igual que la UCR correntina- signada por la alternancia reducida y designaciones indicativas.
Ningún partido que integre la Alianza ECO liderada por el radicalismo ha tenido una interna de elección directa de los afiliados para elegir sus autoridades. Y algunos, inclusive, no respetan su propia Carta Orgánica, permitiendo que el “gobernador radical de turno” tenga poder de veto o de selección de candidatos.
Desde el sillón y usando la lapicera, el radicalismo correntino construyó un relato de amplitud y convivencia democrática que se resume a repartir cargos y filtrar postulantes a los cuerpos legislativos y del poder judicial. No es poco…
RELATO Y POSVERDAD
Los tres gobernadores radicales que han consumado 6 mandatos constitucionales generan polémica en cuanto a sus actitudes reñidas con la ética, la transparencia y las leyes.
Arturo Colombi gobernador del 2005 al 2009 -primo de Ricardo Colombi- tiene una condena a tres años de prisión en suspenso. El mismo Ricardo Colombi fue denunciado por peculado y tiene en trámite otra causa por “enriquecimiento ilícito“. Gustavo Valdés al filo de de ser denunciado por peculado de uso (por los aviones de la flota aérea gubernamental) no le hace honor a la ética abusando del nepotismo más recalcitrante.
Es una muestra que supera un botón. Pero, la memoria popular es corta… Y la comprensión de la realidad está subdividida en lo que muestran los medios -venerables reproductores del relato- y el instinto de supervivencia de los miles de correntinos cautivos del empleo público.
REPÚBLICANOS, DEMÓCRATAS Y FEDERALES
Solo en el discurso. En el escenario de la previa rumbo a las “presidenciales” el radicalismo todavía busca identidad. Ni Gerardo Morales y menos Gustavo Valdés son ejemplo de republicanismo, democracia plena o federalismo serio.
Gobernando han dado innumerables muestras de que las “instituciones” no son algo que se deba respetar siempre. El modelo de democracia que imponen está fundado en usar el “dedo” para imponer nombres.
Y si, federalismo es la palabra que con mayor énfasis utilizan en sus discursos, Valdés demostró que sus lugares en el Mundo son la ciudad capital y su pueblo natal.
Morales fue más contradictorio aún diciendo hace 48 horas en Buenos Aires ante poco menos de un centenar de referentes radicales que:
Para disipar las preocupaciones y ponerse al frente de la fuerza territorial del partido, Morales planteó su propuesta para Buenos Aires en caso de llegar a la Casa Rosada. “Vamos a hacer un Pacto para el Conurbano. Se trata de un plan a 10 años de infraestructura social básica, de educación pública, de salud pública y de seguridad pública, donde aporte el gobierno nacional, porque a la provincia le faltan varios puntos de coparticipación“.
Para llevar a cabo el proyecto, el jefe radical explicó que “ese aporte del Estado debe ser otorgado en el marco de un plan para que los fondos no se los terminen robando los intendentes, el gobernador o cualquier funcionario del gobierno provincial”.
Gerardo Morales pisó fuerte en Buenos Aires
¿Cómo debe interpretarse que el gobernador de Jujuy prometa darle más coparticipación a la provincia de Buenos Aires y cuando visita Corrientes u otras provincias – en modo campaña – reclama una ejecución más federal de la coparticipación?
LAS DOS CARAS
La moneda… De un lado el simbolismo al palo: Democracia, República y Federalismo.
Del otro, el valor nominal, que en definitiva es solo un indicio. Porque los valores del radicalismo, personificados en sus máximos dirigentes, están devaluados.
¿Es posible que esa “moneda” genere confianza en la ciudadanía?
