RUIDOS DE ALIANZAS

A pesar del silencio de los “partidos” los ruidos de alianzas son ensordecedores. Las negociaciones febriles y contradictorias, se suceden sin descanso, a veces a espaldas de los liderazgos “naturales”. ECO, cohesionado pero con alguna inestabilidad. Su contra parte opositora, se debate, para no naufragar en la dispersión.

Nadie habla. Mejor dicho, todos hablan, pero en vos baja y sin autorizar la publicación de las opiniones vertidas.

RUIDOS DE ALIANZAS

Cuando Valdés reunió la tropa, en el local de moda por avenida Maipú, él mismo bautizó el encuentro como una gran alianza ampliada para plebiscitar su gestión y la de Ricardo Colombi. Estaban presentes los de siempre, los nuevos y hasta los que ni sello tienen. Por lo visto, todos los soldados serán necesarios para remontar el débito que produce en el territorio la frase publicitaria “Nación-Provincia-Municipio”; a hoy, para las elecciones del 2 de Junio, esa frase ya fue “enterrada”.

Gustavo Valdés mostró su convicción de que representa el “gran elector” dentro de ECO, por eso pide el voto para la lista de la alianza. Su único error fue mencionar la palabra plebiscito; ningún gobernante pide que lo juzguen a mitad de su mandato. Si los resultados de las urnas le son adversos, su gestión quedará debilitada.

Por si las dudas, sembró otro interrogante: ¿Por qué mencionar la gestión de Ricardo Colombi que hoy, ya es parte de la historia? ¿Habrá querido insinuar que la gestión actual es una “continuidad”? Dejó más confusión de la que pueda imaginar. Colombi no es Valdés, ni éste es siquiera similar en su impronta a quién lo precedió al frente del Ejecutivo.

Desde ese viernes a la noche, quizá por la impericia de Valdés, la Alianza ECO comenzó a sufrir algunos “temblores” que por ahora no se convirtieron en terremoto.

PJ BUSCANDO UN RUMBO Y UNA LISTA

Fabián Ríos puede ser el gran armador en la Capital. Sabe que ECO mide por el suelo y que los candidatos a concejales son salvavidas de plomo.

La diáspora peronista no es una ilusión. Es una verdadera pesadilla a la “correntina”, mientras en casi todo el país se habla de “unidad”. Para colmo, el deseo de algunos de que el ex intendente se postule a senador, es una muestra más de la interna insana que desgaja las posibilidades del PJ. El análisis objetivo, muestra un Fabián Ríos como el gran elector en Capital; mucho más sólido y efectivo para traccionar desde la cima de la lista de concejales. Las encuestas que tiene casa Rosada le dan 3 a 1 sobre cualquier candidato que presente ECO. Con repetir la elección del 2017, alcanzaría 6 escaños de los 9 a elegir. Y la realidad de la gestión Tassano, Lanari, Calvano le dan argumentos suficientes para interpretar sin mucho esfuerzo cual debe ser el mensaje de campaña que lo llevaría a darle una “paliza” electoral histórica a la Alianza ECO+CAMBIEMOS.

LOS KIOSCOS A TODA MÁQUINA

Colombi aprieta a todos los presidentes de partidos que no tienen representación parlamentaria, o cargos en el Ejecutivo, para que ninguno salga del “corral” ECO.

Lamentablemente, muchos de éstos partidos no tienen ni sede y en algunos casos la ciudadanía no conoce siquiera su plataforma política. Son meros sellos integrantes del equipo “saturación de boletas”. Un perverso sistema que el ex gobernador maneja a su antojo y que le sirve para confundir al electorado -por cierto, poco instruido cívicamente- haciendo alarde de la cantidad y no de la calidad de los miembros integrantes de la alianza.

En la agenda está repartir los cargos entre 4 o 5 socios a lo sumo; para los demás, con algunos contratos alcanza y sobra. Triste realidad de una provincia que no consigue salir del atraso y que por señal, tiene más partidos políticos que universidades y hospitales. Ni que hablar de radicación de industrias, que a lo largo de los años, han pasado a ser meros actos simbólicos, y en algunos casos oscuros negociados.

Pero lo que importa es tener el sello al día, una especie de PYME que sólo produce gastos, que son solventados con fondos del erario público.

NADA POR AQUÍ…

… y quizá tampoco por allá. El juguete mimado de Ricardo Colombi retoza en la garantía que la maquinaria electoral del oficialismo le proveerá al conjunto de sus aliados. Dinero, logística, propaganda y hasta la impresión de boletas son las dádivas que se desparraman sobre una veintena de sellos partidarios para que cumplan su misión: ayudar a que el radicalismo, y los partidos subsidiados ELI, Proyecto Corrientes y Partido Popular, no pierdan sus “beneficios”.

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