COLOMBI MODO SUPERVIVENCIA

La crisis no es propiedad de Cambiemos. Tampoco de ECO. Menos aún de Colombi. La grieta se extiende por todos los niveles de la política, de los gobiernos y de sus protagonistas. Pero, para sobrevivir hay que reinventarse.

Ricardo tiene tres objetivos encadenados. El primero, ser consagrado Presidente de la UCR-Corrientes, como regalo de Navidad. El segundo, cuya cocción se iniciará en pleno verano, es garantizar la obtención de mayoría “propia” de ambas Cámaras en las legislativas provinciales. Y el tercero, tiene una opción A y por las dudas, una opción B.

LA INTERNA EN TODOS LOS PLANOS

Colombi transita un “internismo” despiadado y silencioso. Lo sufre dentro de su partido; dentro de la alianza que él creó y lidera; dentro del gobierno “provisorio” que obsequió a Valdés; y por las dudas, también banca una interna dentro de CAMBIEMOS.

El adversario endógeno se corporiza en la Cooperativa Radical. Y se esparce como un virus sin antídoto a todos los niveles del radicalismo. Lo presiente, está seguro, que en estos días una docena de prominentes acelera el uso del “aparato” para derrotarlo.

Los aliados de ayer, son los mismos que planean dictarle sentencia antes que concluya el año. Está desgastado. Perdió protagonismo. Insiste en mal tratarlos; aunque ahora sólo en privado. Pero el límite ya no es la gota que rebalsa el vaso, es una incontenible marea que inunda de certezas a aquellos que lo han soportado tantos años: hay que jubilarlo.

Su pelea en la liga de campeones, no está exenta de contradicciones. Hoy comienza a imaginarse cómo decirle a su pueblo que aquello que pregonó durante los tres últimos años, fueron sólo promesas, en las que él también creyó. ¿Alcanzará con la confesión? Es decir, blanquear que comulga con las expresiones públicas de Federico Storani, Jorge Sappia y no menos de una veintena de dirigentes de peso del radicalismo que ya declararon la muerte clínica de CAMBIEMOS. O lo que es más doloroso todavía, admitir que Corrientes, a pesar de las promesas, vuelve a ser postergada por la exclusiva influencia de la coyuntura que beneficia a Buenos Aires, Ciudad Autónoma de Buenos Aires y… Punto, hasta ahí nomás. Córdoba, Mendoza, Santa Fe -una delantera goleadora- y otras, siguen mendigando lo que el “rey” de la Nación no cumplió, a pesar de las promesas.

VOLVER A EMPEZAR…

Intuitivo y caprichoso. No está dicha la última palabra. Por eso el guerrero apresta su armadura y se prepara. Todas las batallas tienen su amanecer. Y Ricardo reinicia el camino de la lucha preparándose para buscar la victoria. Todas.

La guerra de guerrillas que se desató en la interna radical, tendrá más de una montonera. Si los “cooperativistas” pensaron que el enemigo era uno, se sorprenderán al descubrir que hay varias facciones que le morderán los codos. Ricardo sumará exiliados, renegados, jóvenes, y hasta retirados para plantarle a la Cooperativa una lucha cuerpo a cuerpo en la conformación de la “lista única”. Igual, se asume que no podrán derrocarlo; pero la venganza será terrible.

Hay varios que le deben. Hay muchos que están en mora hace tiempo. Si Ricardo no hubiera diseñado ECO como su mejor criatura -una visible e híper mejorada versión del Pacto conservador-, muchos de los funcionarios de ayer y hoy, no hubieran alcanzado siquiera a salir del armario. Pero aún bajo la amenaza de rebelión, los dioses están de su lado. Así, el padre de la criatura, observa otras tribus y evalúa la posibilidad de abrir la tranquera. Sabe que el hambre de poder, hará de los que están afuera, un horda de caníbales dispuestos a comerle el corazón a los de adentro con tal de ocupar un lugar bajo el sol. Añoran un frente de todos que les devuelva el aire fresco.

CAMBIEMOS fue un deseo. Ricardo lo asume, contrariado en su insomnio, porque no esperaba esto. ¿Seguro? De puño y letra de Martín Baintrub se impone reproducir un párrafo: “Radicales y peronistas unidos tenemos poder territorial, militancia, cuadros, recursos, valores, historia. Nos estaría faltando un candidato con votos, es cierto, para qué negarlo. Pero quizás sea tiempo de recuperar esa frase, bastardeada por el kirchnerismo, pero que no dejaba de tener sentido y que decía: el candidato es el proyecto.”  El autor, es una fuente de consulta y asesoramiento. Quizá por eso, Colombi piensa en las PASO, y por las dudas ejecuta.

GUERRA DECLARADA

Gente culta. Incapaces de un improperio. Acostumbrados a sonreírte mientras te están rematando la casa. Con ese panorama, Colombi debe enfrentar a un Vignolo desheredado y, por obra del destino, un hijo contrariado que ya encontró otra familia. Peña es el bisturí de un cirujano -que se entienda, no se trata de ciruja ni cartonero-, y desde esa cúspide de poder en decadencia, se viene gestando la rebelión del Taragüi. Nadie lo asume. Es obvio, el poder no debate sus diferencias ante el vulgo. Pero la certeza de que el PRO encabezará una alianza para competir en las legislativas comunales y provinciales del próximo año en Corrientes, es un hecho. Por eso, Vignolo fue injertado en el esquema nacional, no como un premio y sí cómo un componente -importante- del engranaje que tiene por objetivo, triturar a Colombi y limitar a Valdés.

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