CONGRESO NACIONAL ¿SEÑALES DE UN RECAMBIO?

Protagonismo correntino en el Congreso Nacional. Muchos viejos conocidos. Reiteración de viejas mañas. La casta está intacta

Juramento de los diputados nacionales por Corrientes

Los cuatro diputados nacionales electos en octubre juraron ayer y ya ocuparon sus bancas en el Congreso nacional. Juntos, unidos por la pertenencia territorial y con el compromiso de hacer lo humanamente posible para no incumplir con el juramento, respondieron afirmativamente ante la pregunta protocolar realizada por Carlos Heller quien presidió la sesión preparatoria.

De esa manera, una experimentada Nancy Sand y un expresivamente ideologizado Christian Zulli (Unión por la Patria) confirmaron por diferentes motivos sus promesas. También expresaron el “Sí, juro” correspondiente Alfredo Vallejos (UCR) y Claudio Lisandro Almirón (La Libertad Avanza), ambos debutantes con contenida expresividad.

OFICIALISTA Y MOSTRANDO LAS UÑAS

Lisandro Almirón no se amilanó en su debut y evitó que Carlos Heller cerrará las alocuciones, logrando que el Presidente le cediera el uso de la palabra, aún sin reconoceerlo por su apellido.

Fue así que el diputado oficialista tuvo la oportunidad de ser el último integrante de su bloque en proponer a Martín Menem para la Presidencia de la Cámara. No fue un detalle menor. Quizá Almirón ocupe algún lugar preponderante en la mesa directiva de la bancada oficialista.

¿Cuántos diputados correntinos

tuvieron asignada su banca

en un lugar “privilegiado”

como el que

ocupa Lisandro Almirón?

CONGRESO NACIONAL: VIEJOS CONOCIDOS O LA CASTA INTACTA

El recinto estuvo “copado” por viejos conocidos. Algunos con mandatos vigentes. Otros, sobrevivientes, gracias a la milagrosa e inmodificable reelección. Una condición que la ciudadanía pugna por erradicar: las reelecciones.

De todas maneras, los veteranos y los noveles, se entremezclaron sin rispideces en el ámbito donde se conjuga sin que nadie se ponga colorado, el arte de lo posible.

Esa habilidad natural para convertir la rosca en acuerdos de consenso o discusiones políticas parlamentarias, tuvo sus momentos de extasís cuando sin disimulo voceros de diferentes bancadas se acusaron de no cumplir con la palabra empeñada.

El novicio Martín Menem, con pocos minutos de ejercicio en la Presidencia del cuerpo, fue estrujado en su intelecto por el insoportable peso de la presión que sobre él ejercieron las espadas mayores de los bloques Unión por la Patria y la UCR ampliada.

Las amenazas tuvieron envoltorio de advertencia. Las acusaciones revistieron carácter de moneda de cambio. Martín Menem en la expresión de su rostro dejaba expuesta no solo la sensación de contrariedad. También se percibía que palpitaba haber caído en una trampa.

Las mañas de La Casta se tradujeron en argumentos típicos de políticos: “vos dijiste… en la reunión se acordó… tal como se combino… etcétera.”

Nada ha cambiado. Hay perfume de gatopardismo. Con el tiempo lo comprobarán.

TERRENO PANTANOSO

El próximo lunes la novela legislativa tendrá continuidad. Lo innegable es que el Presidente electo tendrá en el Congreso de la Nación el terreno pantanoso más indescifrable de los últimos 40 años de democracia.

Justo allí, donde todas las expresiones políticas tienen una porción de representatividad, deberá extremar su capacidad de analisis para identificar y neutralizar a los diablos disfrazados de santos. Sobre todo para que éstos –santos y diablos autodenominados políticos– no le conviertan las fuerzas del cielo en irreconocibles mercenarios oportunistas.

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