EL DIPUTADO HINCHA

El diputado tiene un deber: asistir a las sesiones. El ciudadano tiene la libertad: hacer con su tiempo lo que le plazca.

El Diputado Ariel Baéz no asistió por lo menos a las dos últimas sesiones de la Cámara Baja. El ciudadano Ariel Baéz, tuvo la posibilidad de viajar a San Petersburgo para asistir al partido trascendental de la Selección Argentina, en el que gracias al destino o, a las consecuencias del juego, logró la clasificación a octavos del campeonato mundial de fútbol.

Ambas aseveraciones son ciertas. Tal vez, ninguna de las dos debería ser considerada como noticia. Lógico, si se visualizan y consecuentemente se interpretan por separado, no pasarían de “datos anecdóticos”. Pero, la realidad del país, la provincia, la ciudad y el barrio, están repletas de datos críticos, que no son una anécdota.

DIPUTADO HINCHA

¿Cómo considerarlo? Como hincha; simpatizante; argentino de ley; embajador de Corrientes. No. Sólo como ciudadano. Como tal, tiene una vida privada, intereses propios y es dueño de ir venir. Pero también como ciudadano, el hoy diputado, se postulo; hizo campaña; prometió; expuso sus proyectos; manifestó sus críticas a los “viejos políticos” que no son otros que los políticos que vienen de la vieja política; que no es otra que la política que perdura desde hace tiempo. Y al final, se comporta, casi de la misma manera. Como los políticos viejos de la vieja política.

El ciudadano -diputado hincha- se olvidó que al asumir la representación del pueblo debe: renunciar; sacrificar; postergar; suspender algunas de sus actividades, planes y proyectos personales. Porque la vida pública exige, renunciar un poco a la vida privada. Y en función de su compromiso con la gente, debería por lo menos, haber acomodado los “tantos”.

NO SE NACE DIPUTADO

Cierto. Jurar y tomar posesión de la “banca” es un trámite. Un momento único, inolvidable. Después, hay que aprender a ejercer el mandato que el pueblo te otorgó. Pare eso hace falta, antes que nada, madurez. Un estado que permite interpretar con responsabilidad cuales son las “demandas” de una sociedad que permanentemente exige cambios. Eso, cambios significa cambiar, y no repetir actitudes que la sociedad no admite ni aplaude.

Los aplausos son el premio inmediato que el público le brinda al artista en reconocimiento a la calidad de su ejecución. También suele ser acompañado de emoción traducida en lágrimas. Un premio mayor, llegar al alma del público.

Un dolor mayor, es el que nace desde el alma de los cientos de correntinos que están acuciados por infinidad de problemas para los que no hay solución aparente. Sea por falta de recursos; por falta de interés; por falta de vergüenza de aquellos que gobiernan o, de aquellos que fueron elegidos para representar al pueblo. Sí, el mismo pueblo que porta el profundo dolor que le nace del alma por falta de trabajo; por carencias en salud, en seguridad, en justicia…

EL HINCHA

Mucho orgullo deben sentir los correntinos que presenciaron el video subido al facebook oficial de Los Alonsitos, interpretando un chamamé en una calle en Rusia. Que bueno que el artista Ariel Baéz haya aprovechado el viaje que realizó para alentar a la Selección y de paso, difundir parte de nuestra cultura, nuestra esencia musical, nuestro payé echo acordes… Que bien. Valió la pena el viaje para el artista y el ciudadano.

Pero, ésta circunstancias restó un diputado. Un representante del pueblo correntino que no puede ausentarse de su responsabilidad, aun bajo la excusa de que un Mundial de fútbol se da cada cuatro años. Y si, casualidad, un diputado también se elige, cada cuatro años…

 

 

 

 

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