EL VACÍO DE COLOMBI

La interna de la UCR pasó y el vació de Colombi quedó expuesto. Ni siquiera ser reelecto presidente tapa los agujeros negros del partido gobernante. La carrera por el poder está repleta de curvas peligrosas

El vacío de Colombi es consecuencia de “la corona sin reinado“. Ricardo pensó alguna vez que esto podía ocurrir. Pero, jamás imagino que lo dejaría tan débil políticamente.

La interna que no fue deja un sabor a nada. A Ricardo Colombi, “el caudillo“, solo le queda recordar viejas épocas. Y no es poco. Ahora su “corte” está cada minuto más “acotada“.

La nómina de autoridades del “consenso” es una fotocopia donde se repiten la mayoría de los nombres. Otrora una “falange colombista“, hoy son todos “valdecistas“.

¿Por qué Ricardo Colombi fue reelecto? Premio consuelo, dicen a gritos en cada rincón de la casona de calle 25 de Mayo. Ni siquiera el “búnker” lleva su impronta, porque siempre se mira al Checho y al Mono como los gestores de la apropiación, de lo que alguna vez fue sede del PANU Tatista.

El cariñosamente apodado “el carpincho” tiene dos años más de Presidente/Mandato. Sin embargo su estilo de conducción ya forma parte del patrimonio histórico de la UCR correntina. El “acervo” será guardado y custodiado. Solo eso, a pesar de que fueron casi 20 años de un colombismo radical.

EL VACÍO SIN RED

Falta poco para el 2023. Ese año vencen sus mandatos en el senado Ricardo Colombi, Sergio Flinta y Alejandra Seward. No hay elecciones a gobernador ni a intendente de Mercedes en ese turno electoral. Leyendo debajo del agua, ninguno de los tres podrá aspirar a su reelección.

La senadora Seward cumple dos mandatos continuos. El “Checho” Flinta lleva más de 20 años de mandato en la misma banca, sin traspirar. Y, Ricardo, no puede escupir para arriba sin moverse del lugar. Hay muchos haciendo fila. Sobre todo jóvenes con la marca de Valdés.

Es decir, querer, no es poder. Y en un año donde los ejecutivos no están en juego, la oferta legislativa debe ser atractiva.

En otras palabras, Ricardo Colombi, tendrá un año más como rey sin corona al frente de una UCR “gobernante” que viene tapando agujeros, gracias a los votos de un rejuntado de sellos que le garantizan concentración en la dispersión.

LA INTERNA SOLAPADA

Las horas previas a la presentación de listas en todos los niveles fue un festival de aprietes en general. Había antivirus para “renegados“, “oportunistas” y “traidores“. Fue un trabajo prolijo pero no secreto.

Un clásico, partido que gobierna, no se expone en una interna. No sea cosa que algún “excluido” del poder consiga un voto más y escupa el asado que la “cúpula” viene cocinando hace años.

Pero traspiraron. Los teléfonos estuvieron al rojo vivo. A muchos les hicieron acordar de algunos “favores“. A otros directamente los sentenciaron con “te quedas afuera“. Y no faltó la deplorable actitud de ir armando “carpetazos” para debilitar pretensiones.

Muchas de las listas se confeccionaron y se corrigieron infinidad de veces. La de Capital, por ejemplo. Aunque salgan a desmentirlo, la careta de la hipocresía de tan gastada, está transparente. Todo se sabe.

TRES GOLONDRINAS…

Ni siquiera hacen primavera. Por eso, que tres localidades -Riachuelo, Tapebicuá y 9 de Julio- le den “vida a las urnas” no implica un “cambio de rumbo“.

Los distritos importantes, no solo arreglaron la interna de la UCR, también “dibujaron” estrategias pensando en Juntos por el Cambio. Imaginar que Tassano -quien aspira a ser candidato a gobernador- fue capaz de pergeñar su “ausencia” en la lista capitalina es creer en los espejitos de colores.

Eduardo Tassano es un alfil en la relación UCR-PRO (nacional). Inclusive con más peso que varios figuretis locales del partido de Macri. Hay buenas relaciones con Rodríguez Larreta. Y fundamentalmente “buenos negocios“.

EL REHÉN

El “carpincho” es casi un rehén. La vida radical correntina ya no se genera dentro de los límites provinciales. Muchas, sino la mayoría de las decisiones, pasan por Córdoba -rezago del poder Mestre- y de las relaciones del Coti Nosiglia con algunos “soldaditos” locales.

Ricardo, en silencio, debe soportar que le recuerden incidentes que lo afectan. Los favores de su amigo Lazlo; su sociedad “indocumentada” con el “dueño del agua y las cloacas“; y, si algo faltaba, algunos negocios o kioscos financieros que tendrían origen en varios tentáculos.

Está camino al ocaso. Después de haber gobernado y comandado la política con mano dura, ahora los puños de hierro apuntan a su cabeza. Lo antedicho es una confesión sombría de quién fuera un hombre de su entorno más íntimo.

JUGANDO A LA GUERRA

Sin “ejercito” ni “batallas” apenas puede jugar a la guerra. Por eso, se planta e intenta embarrar la cancha con la cuestión “paridad” -el juguete de Gustavo Valdés-, aprovechando su única y estrecha banca en el Senado.

Es triste verlo caminar entre la “tropa” y que ni siquiera lo saluden. Antes, era aclamado. Mucho menos un sector del periodismo, a quienes en varias oportunidades maltrato hasta con mal gusto, le da los minutos al aire que tiempo atrás era un premio a los “oficialistas“.

Ahora es el tiempo de Valdés. Su “soldado”. Ungido general por obra y gracia del dedo de Colombi. El tema es que, el gobernador, cada día está más cerca de ser emperador.

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