PUBLICIDAD ¿UNA ACTIVIDAD TRANSVERSAL?

La crisis hace estragos y genera nuevos “kioscos” como la “publicidad”. Cada día hay más cuentapropistas que se vuelcan a ésta actividad transversal

Los hechos dan fundamento para pensar que la publicidad se tornó una actividad transversal. Profesionales, comerciantes, kiosqueros y hasta monotributistas debutantes han optado por desarrollar ese servicio, sea en primera, segunda o hasta su última opción como actividad económica.

PUBLICIDAD AL PALO

El auge de los medios y la explosión de la “mediatización” son circunstancias a las que la política le asignó un rol trascendental. Asimismo, para los gobiernos, la publicidad no se limita al cumplimiento de una obligación republicana y, con rango constitucional.

Política y gobierno coexisten en sus objetivos. Construyen desde la difusión de hechos y acciones, como así también de un relato con neto corte proselitista.

La “propaganda” satura los medios de comunicación bajo el disfraz de contenidos informativos que revisten el supuesto carácter de interés general. Una ficción en la que “comunicador” y “gobernante” están relacionados por un valor económico.

Esa extrema necesidad, no comunicacional, se ha impuesto como estrategia de gestión política y no como una política de gestión.

El dominio vía “pauta” de la mayor concentración de publicidad gubernamental en cuanto medio o espacio publicitario esté disponible estimuló que “cualquiera” se erija en un instrumento apto para publicitar. Siendo que, la publicidad, además de ser un conjunto de elementos creativos, implica conocimientos académicos.

En ese escenario innegable, por la voracidad propagandística de políticos y gobierno, cada día hay más personas, profesiones y actividades que agregan a su registración fiscal el ítem publicidad.

Publicidad cuestionada

UNA ACTIVIDAD TRANSVERSAL

El fenómeno de la propaganda oficial genera muchos interrogantes. Sobre todo cuando se comprueba la cantidad de opciones en cuanto al “tipo y vehículo” por las que se materializa la publicidad del gobierno o de aspectos de su gestión.

Es decir, nadie puede negar que la propaganda oficial está en todos lados. La cuestión es ¿Quiénes gestionan o producen, además de facturar, esa publicidad omnipresente de manera cotidiana y sin límites?

La respuesta es categórica: cualquiera que esté inscripto fiscalmente en el rubro publicidad.

Es tan evidente el fenómeno de la publicidad como negocio que su crecimiento la convirtió en una actividad transversal.

DE TODO Y PARA TODO

El último “escándalo” relacionado a la propaganda oficial, que generó una denuncia en sede judicial por parte de la doctora Silvia Adriana Casarrubia, motivó una observación más aguda sobre las personas que “facturan” servicios publicitarios.

Como resultado de una investigación concienzuda se puede aseverar que muchas personas físicas y jurídicas constan en los registros de la AFIP con actividad en el rubro publicidad sin que, paralelamente, sea efectivamente comprobable su rol de difusor o productor de publicidad en algún tipo o variante de los conocidos.

Lejos de toda lógica, obran datos personales (Nombres y Apellidos) y fiscales (Número de CUIT) de ciudadanos cuya actividad principal o profesión no condice con la posesión de medios u oficio para ejecutar la prestación de los servicios “cuestionados“.

Sin embargo queda demostrado de manera indubitable que un profesional -y ex funcionario- por el solo hecho de registrarse en la AFIP en el rubro publicidad, está apto y capacitado profesionalmente para el ejercicio de la actividad a título oneroso.

Del mismo modo, es llamativo que un comerciante de materiales de construcción, posea condiciones particulares para comercializar “publicidad“.

En conclusión, es sospechoso que personas y empresas de actividades inconexas, lucren con la asignación -poco transparente- de la propaganda oficial.

1 Comment

  • Guillermo

    Hablan, hablan y no se cansan de hablar de la corrupción en los gastos de Nación. Pero acá, la cantidad de agujeros negros que hay, es abrumadora!!!!

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