ESTADO Y CORRUPCIÓN

La corrupción impregna las instituciones de la República. Los tres poderes del Estado sufren la penetración de múltiples variaciones de accionar delictivo. Es un mal endémico. No hay tratamiento ni remedio que evite la agonía lenta que la inmoralidad, la anti ética, y la corrupción imponen a una sociedad que aparentemente goza de los beneficios de una democracia.

Corrientes no es la excepción. Al igual que cualquier nación o provincia del planeta, sus poderes republicanos son el ámbito más propicio para generar negociados y tropelías. Pertenecer a la mafia parece ser el objetivo primordial de la mayoría de los políticos y dirigentes sociales, gremiales, etc. Al parecer, es más rentable ser “cómplice” o socio, que asumir las responsabilidades que impone la LEY.

SER O NO SER

Cada poder del Estado tiene un rol. Ineludiblemente, a pesar de la independencia de cada uno para con los demás, en situaciones concretas y cotidianas se interceptan o se superponen. La convivencia rutinaria -invasiva o corporativa- no provoca conflicto de poderes, pero tampoco genera control o vigilancia; ni actitudes fundadas en normas constitucionales que ayudarían a evitar que la delincuencia oficial se multiplique.

El Ejecutivo, esconde. El Legislativo, no interroga. El Judicial, duerme. Las apariencias, que a cada día son más burdas, van generando en la sociedad un “dejavú”  fruto del hastío y la impotencia.  Como ya conocida y asumida, la corrupción, se convierte en una característica inseparable de cualquier gestión.

La inercia acumula adeptos. Sin memoria y sin fuerza moral, el “colectivo electoral” no encuentra razones para moverse o frenar. ¿Y entonces? La corrupción, aquella que por repetida se vuelve parte del paisaje, pasa a formar parte de la vida y la muerte de cada uno de los ciudadanos.

El paradigma es inmodificable. Porque no hay otro. Quizá por eso la resignación avala expresiones que nos llenan la boca y nos licúan la conciencia. Las más usadas y consagradas por el popular dictamen de los ciudadanos son “Roba pero hace” cuando se refiere al Ejecutivo; “El paraíso de los ñoquis”, cuando describe al Legislativo; y “Hacete amigo del juez”, cuando del Judicial se trata.

¿Ciudadanos? O esclavos. Porque sentirse libre, no es lo mismo que serlo. Por eso la duda: SER… O NO SER.


“El paradigma es inmodificable. Porque no hay otro. Quizá por eso la resignación avala expresiones que nos llenan la boca y nos licúan la conciencia.”

Julio Gerez

MAÑANA, SERÁ IGUAL

Cada accionar delictivo, acto de corrupción, o negligencia programada, generan una ganancia a los sectores de poder. Independientemente de dónde se ejecuten, por efecto de la complicidad que los une y los beneficia, los poderes del Estado hacen un trabajo opuesto a las funciones que les corresponden.  Auditar, controlar, transparentar, son acciones postergadas, cuando no desterradas de las buenas prácticas en la administración pública.

Las evidencias son de público conocimiento. Los autores materiales de los ilícitos son reconocidos integrantes de alguno o de todos los poderes. Es una constante que por reiteración exponencial, se convirtieron en tradición. Difícil tarea encontrar un estímulo ético o moral que logre cambiar la historia. Si nada cambia, mañana, será igual.

ABUSANDO DE LA RESILIENCIA

La corrupción no logra someter totalmente a un pequeño núcleo de la sociedad, que hace de su resiliencia -capaz de generar un resurgir aún después de mil caídas- una trémula esperanza que se refugia en la verdad.

Esta dama esquiva que penetra en los sueños y las angustias más íntimas, puede hacerse presente en la información que se difunde sin condicionamientos ni censura.

Llevar adelante el rol de informador es interpretar en su justa medida lo que el común de la gente quiere saber, pero no encuentra el medio para satisfacer su necesidad.

Sin la pretensión de ser los primeros ni los únicos -pero sí resolutivos-, con independencia y responsabilidad, iniciamos éste año abocados a la búsqueda de elementos y pruebas sobre hechos de corrupción cuya difusión la ciudadanía reclama.

LA AGENDA

El Estado genera corrupción. Hay elementos suficientes, para que todos los poderes sean investigados por distintos hechos. Las evidencias generan interrogantes y las respuestas deben surgir, tarde o temprano desde el ámbito que corresponde.

Para desarrollar la información en orden y con la posibilidad de que surjan y se adicionen más elementos de prueba, a continuación anticipamos los tópicos que se abordaran desde el próximo lunes 21 de enero en https://politicaencorrientes.com

PODER EJECUTIVO

  • Entes descentralizados y autarquías: el descontrol.
  • Obra pública: el club de amigos.
  • Cargos jerárquicos: por acomodo.
  • Boletín Oficial: escondiendo los datos.

PODER LEGISLATIVO

  • Diputados: un tour garantizado.
  • Caja negra: los empleados sin plástico.
  • Privilegios: cónyuges, hijos y otras yerbas.
  • UN vice empresario.

PODER JUDICIAL

  • La Justicia ciega.
  • Por omisión o convicción: no se investiga.
  • Rehenes del sistema.
  • Una gran familia.

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