Franja Morada rebelde y trastabillando rompe con los capos de la UCR local y se apresta a jugar para Massa
Socios en las tinieblas de la administración política de las universidades públicas, la Franja Morada le hace el aguante a Sergio Massa y desafía a los máximos referentes del radicalismo correntino.
PEC ya hizo referencia a la cuestión citando “Inclusive, hasta las huestes de Franja Morada –el brazo político universitario de la UCR– fueron conminadas a desandar la intención de trabajar a favor de Sergio Massa.”
FRANJA MORADA DESAFIANTE
Fueron reuniones cargadas de tensión. De reproches. De justificaciones. Pero, quedaron heridas. Y habrá consecuencias.
Lo cierto es que, Claudio Polich ni Sergio Flinta lograron disciplinar a sus herederos en los claustros. El intento por abortar un apoyo de Franja Morada a Sergio Massa se diluyó antes de que los capos del radicalismo correntino descubrieran que estos chicos ya caminan solos.
Para colmo un viejo cacique de las tribus universitarias, Carlos Vignolo, se llamó a silencio. Su prescindencia no fue por desanimo o indiferencia. Por el contrario, su posición está apoyada en templar los ánimos con vistas a lo que se viene en el 2025.
JUGANDO CON FUEGO
Los líderes de la Franja provocaron la ira de Gustavo Valdés. Todavía no hubo pedidos de renuncia. Pero no tardarán en llegar. Cada parte tiene intereses en juego. La cuestión es, no son concurrentes.
Sin embargo, los popes universitarios subestiman la libertad de conciencia y el derecho a optar de muchos estudiantes para quienes la realidad no pasa solo por la política de la Facultad.
Más que nada, cuando una abrumadora mayoría de cursantes, considera a los más destacados protagonistas de la política intra universitaria como fieles representantes de la casta.
QUEMANDO CARTUCHOS GRATIS
Hay mucho para discutir en la planificación educativa. Pero, si autoridades; docentes; empleados; y estudiantes universitarios se dedican a cuidar el status quo de su metro cuadrado, el futuro de la educación universitaria argentina continuará devaluándose.
Todos los anteriormente mencionados deben entender que gratis no hay nada. Mucho menos la politización extrema de los claustros universitarios.
Estos protagonistas de su destino deben entender que todo el pueblo argentino solventa la educación pública. Y, sí entendieran y respetarán el privilegio del que gozan, harían politiquería barata en sus comités o sus unidades básicas.
