GANEMOS TODOS SOLO UNA QUIMERA

Ninguno de los dos espacios opositores muestra argumentos creíbles para que ganemos todos. Un karma del PJ

No TODOS y mucho menos, GANEMOS, encarnan una oferta electoral capaz de generar empatía, confianza o como mínimo esperanza.

Las facciones que integran ambos frentes opositores en la provincia no logran traducir en “caudal electoral” la gestión territorial. Tampoco potenciar los “aportes” de organismos nacionales que no son exclusivos y sí, forman parte de lo que se “derrama” desde la Nación en todos los distritos que la integran.

Además, la libanización de la gestión que testimonialmente encabeza Alberto Fernández y de la que reniega Cristina Kirchner, desparramó incertidumbre hacia el futuro; ratificó el divorcio entre partido y liderazgos; y aceleró el desprendimiento de los gobernadores.

GANEMOS, NO TODOS, APENAS ALGUNOS

Sin plenitud institucional el PJ repite el tropezón en la misma piedra: partir para participar.

El error no forzado es fruto del exceso de personalismos más una cuota de ambición desmedida. Unidad es una aspiración impracticable cuando no hay legitimidad representativa. Es decir, si no se decide en una compulsa donde eligen los afiliados, la representación fruto de un cargo electivo no garantiza el apoyo de la “compañerada“.

Otra vez los candidatos del PJ -por dentro o por fuera- surgieron del dedo índice de un “interventor – normalizador” previo filtro de la mesa chica que conforman las tribus defensoras del status quo.

En criollo significa, se auto postulan los de siempre o, transfieren familiarmente las candidaturas. Y nadie lo puede negar… No son buenos compañeros.

CARENTES DE VOCACIÓN PARA EL PODER

Desde el inicio del siglo XXI el peronismo de Corrientes cedió a la tentación de jugar a ser gobierno sin acomodar previamente los melones en el carro.

Primero fue Ricardo Colombi quien les mostró que en la ensalada de frutas estas son importantes pero, lo irremplazable es el azúcar. Y él tenía la cuchara que dosificó y revolvió.

Después fueron la transversalidad y el vedetismo. Por eso salieron a aglutinar partidos en un Frente sin programa de gobierno para mejorarle la vida a los correntinos. Y después apelaron a los portadores de medalla con la convicción de que evolucionaría dentro de las reglas del partido; pero se equivocaron y crearon su propio karma.

Para colmo territorialmente el PJ no logró fortalecer por lo menos un líder definido. Todos los que aparecieron eran parte de “cooperativas” o “pymes” donde el objetivo era subirse a la calesita.

Nunca insinuaron su intención de bajarse para cederle el lugar al próximo. Se encargaron de categorizar los cargos como “vitalicios” o “hereditarios”. Si los viera el General…

MERCADERES CONSUMADOS

Muchos de los dirigentes peronistas son negociadores de sus propios intereses. No dudan en compartir vitrina con cualquiera que comulgue la misma voracidad por acumular protagonismo y una cuota de poder.

Son “frentistas” en modo cuantitativo, cuando lo cualitativo es la demanda del ciudadano, que espera solución a sus problemas que no son muchos pero sí son crónicos: inflación; inseguridad; acceso a la salud y a la educación; jubilaciones dignas; una vivienda; y trabajo, no planes.

Es difícil imaginar a la cúpula del PJ correntino indiferente a los negocios personales; a la complicidad y la contradicción; al alegato en público antes o después del “asado de camaradería” que los mantiene sentados a la mesa del poder.

¿CUÁL ES LA OFERTA REAL DE “GANEMOS” O “TODOS”?

Los últimos cinco presidentes elegidos por el pueblo tienen un ochenta por ciento de dominio kirchnerista, entiéndase peronista, aún así el peronismo correntino sigue siendo funcional a los cinco gobernadores radicales ungidos popularmente en el mismo periodo.

Ante esa realidad que argumento pueden esgrimir para explicarle al pueblo correntino que los radicales manejan mejor la aglomeración de sellos; el reparto de dádivas; la anulación de internas partidarias -propias y la de partidos aliados-; la designación de candidatos a dedo; el nepotismo; la sumisión de la Justicia; un Legislativo inoperante y funcional; y etcétera.

La corrupción y el gatopardismo son y significan lo mismo acá y a nivel nacional. Los traidores mantienen su condición en ésta y en cualquier provincia donde la política esta mal vista, por culpa de los políticos que no entienden que la cuestión es vocación de servicio y no ejercicio de una “profesión” que no tiene título habilitante.

Y peor, ni siquiera son capaces de reconocer sus incapacidades básicas, usufructuando inmoralmente el privilegio de traicionar los mandatos del pueblo.

¿Dónde están los peronistas? Los van a encontrar evitando votar a los pocos que GANAN a costilla de casi TODOS.

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