La UCR correntina exhala transversalidad y acentúa sus ofertas. Gustavo Valdés y la plana mayor radical intentan vender lo que no tienen
La plana mayor de la UCR correntina no puede dar garantías sobre el resultado de las PASO y las generales nacionales.
La predisposición de Gustavo Valdés, quien pretende “vender” como imbatible su hegemonía territorial, no alcanza para preanunciar un triunfo aplastante en las Primarias de agosto y a ese resultado contra fáctico, colocarle un signo positivo a cualquier candidato presidencial de Juntos x el Cambio.
TRANSVERSAL E INDEFINIDA
El radicalismo correntino tiene antecedentes de poner huevos en todos los canastos. Es un ejercicio de supervivencia que acentúa la condición de imprevisibilidad de las preferencias del electorado de Corrientes cuando se trata de elegir Presidente de la Nación.
La historia política reciente muestra que los gobernadores radicales por intermedio de sus aliados en el ámbito provincial, apuestan en las presidenciales a “chance” sin arriesgar ninguna ficha a un “pleno“.
Son estrategias comprensibles cuando el tema instalado desde hace tiempo y sin fecha límite es la “discriminación“. La queja y el reclamo es el camino transversal que atraviesa todas las propuestas y condiciones que los lideres radicales de Corrientes exponen ante cada aspirante a la presidencia de la Nación.
Ese argumento exacerbado en el relato de la campaña electoral provincial está destinado a los postulantes propios y aliados. Y también es un misil que periódicamente va limando la consistencia de la oposición local -resumida en el peronismo- que a veces es oficialismo al mando del gobierno nacional.
La indefinición es un pelo albino en la leche. Una obviedad física y palpable que muta de ser una certeza a construir una especulación. Porque los radicales correntinos prefieren ser funcionales al PRO, sin abandonar el discurso partidario que postula a un Gerardo Morales -casi inexistente en las encuestas- como cabeza de un binomio que todavía, ni siquiera tiene un compañero de fórmula.
UCR CORRENTINA
Gualeguaychú fue el “campo de batalla” en el 2015 cuando la UCR debió elegir entre el aislacionismo y la apertura. En ese escenario Julio Cobos, Ricardo Alfonsín (H), Ernesto Sanz y hasta Gerardo Morales impulsaron estrategias encontradas pero convergentes a los intereses -muy particulares- de quienes los proponían.
En esa oportunidad la UCR correntina de la mano de Ricardo Colombi respaldó la iniciativa que fundó la Alianza PRO, CCARI y UCR. Es decir, le abrieron las puertas a Macri.
En Corrientes el gestor de la idea (Ernesto Sanz) y sus garantes (radicales correntinos) se “comieron una paliza” en las PASO 2015 a manos de un Macri que no tenía fiscales de mesa para “cuidar su boleta” en toda la provincia.

Pero, además, los socios de Ricardo Colombi en la alianza local ECO tuvieron la sugerencia de “jugar” sus apoyos repartidos en otras opciones por fuera de Cambiemos.
Es decir, Gustavo Canteros (Proyecto Corrientes) ni Pedro Cassani (ELI), apostaron por Scioli y Massa -respectivamente-, en función de una estrategia individual. Fue un acting impuesto por el regente del territorio: Colombi y la UCR autóctona.
SOLO PARA ENTENDIDOS EN RADICALISMO CORRENTINO
AL MAESTRO COLOMBI CON CARIÑO…
VALDÉS ADMINISTRA LAS OFERTAS
Gustavo Valdés recibe a todos los aspirantes de JxC a la Presidencia como si fueran “reyes magos“. Hasta hoy peregrinaron a Corrientes: Gerardo Morales, Patricia Bullrich, Facundo Manes, Horacio Rodríguez Larreta y Miguel Ángel Pichetto. Está pendiente la visita de José Luis Espert.
El gobernador les dispensa trato preferencial. En común, además del protocolo proselitista palaciego, cada uno de ellos reciben la “cartita” de pedidos similares.
Verbalmente el mandatario correntino -en privado- pone condiciones. Lo fundamental son las exigencias que apuntan a colocar sus propios alfiles en “cargos nacionales“.
La victimización por discriminación vale como excusa para el discurso proselitista con destino a la campaña legislativa provincial y a su único argumento para lograr volumen nacional como un radical adalid del federalismo.
Sin embargo, recuperar lo perdido de “coparticipación federal” o el aumento de flujos económicos vía fondos u obras, es una cuestión que no depende del Presidente. Valdés sabe que sus pretensiones están atadas a una nueva ley de coparticipación -cuya necesidad quedó plasmada en la última reforma constitucional- y que, plasmar la iniciativa en el Congreso nacional, no resultaría beneficiosa para Corrientes en la praxis cuando hay otros distritos con las mismas exigencias.
POR AHORA NO… PARA EL 2027 TAL VEZ
Gustavo Valdés es uno de los impulsores de las fórmulas cruzadas. Pero, su intención es que el radicalismo integre una fórmula en el rol de coprotagonista.
Lógico, se auto excluyo de éstas posibilidades, porque su plan es otro.
Su aspiración es construir un camino hacia la presidencia del radicalismo nacional y luego, ponderar la posibilidad de ser el candidato de JuntosxCambio, en honor a la alternancia.
En síntesis el proyecto de la UCR correntina no es lo que Gustavo Valdés pergeña para sí. Tampoco lo que los precandidatos a Presidente de JuntosxCambio suponen que está acordado. Mucho menos, que los electores de Corrientes -vía partidos aliados a ECO + Vamos Corrientes- puedan ser arreados o seducidos por candidatos que no pueden garantizar lo que la provincia necesita y Valdés pide, a sabiendas que no podrán cumplir.
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