GUSTAVO VALDÉS RELATO Y AJUSTE

El gobernador de Corrientes, Gustavo Valdés, acentúa sus incongruencias: relato y ajuste. Profundiza el malgasto y se niega a asumir la realidad de su gestión: precariedad y circo

Fiel a su estilo personalista y absolutista Gustavo Valdés, el gobernador que refuerza el sentido de la famosa frase L’ÉTAT C’EST MOI (EL ESTADO SOY YO) ratifica su ambivalencia.

Relato y ajuste caminan de la mano. El primero audible y cotidiano, presente en todos los medios gracias a una millonaria pauta que para el 2024 presupone un gasto que supera los TRES MIL MILLONES DE PESOS ($ 3.189.000.000).

El segundo, reservado y discrecional, se aplicó y continuará aplicándose desde la decisión personal y exclusiva del gobernador. Ahora, más precisamente en la asignación de “refuerzos de partidas” que sean requeridos para cumplir oligaciones salariales, fundamentalmente.

Precariedad y circo seguirán siendo aplicadas en función de un proyecto político personal que potenciado manifiesta su convicción de que él, representa al Rey Sol. Un iluso, pero peligroso.

RELATO Y AJUSTE

Mientras se enardece al anunciar que su gobierno cumplirá con el pago de sueldos y aguinaldo, soslaya dos condiciones: a. Es su obligación. b. El nivel de los salarios que paga Valdés son los más bajos de la región.

También es oportuno señalar que los recursos presupuestarios asignados a los poderes Judicial y Legislativo son objeto de acciones condicionantes.

En el caso del Poder Judicial jamás se le asigna lo que requiere. Es decir, uno de los poderes de la República, a pesar de solicitar recursos presupuestarios fundados en el análisis de la evolución de sus gastos e inversiones, recibe una “porción” establecida unilateralmente por el Ejecutivo.

Y quizá, lo más relevante, es que los requerimientos presupuestarios del Poder Judicial no solo corresponden al ejercicio próximo a ejecutar; incluyen una proyección de los dos ejercicios subsiguientes. Previsibilidad y transparencia.

Para el Poder Legislativo, el tercer protagonista en nuestro sistema republicano que valora y protege la división de poderes, la situación no es diferente en cuanto a la discrecionalidad y sus condicionamientos.

Las limitaciones en cuanto a la asignación de los recursos presupuestados son restrictivas. El Ejecutivo remite lo presupuestado en 12 cuotas iguales pero sujeto a los fondos percibidos y recaudados.

Es decir, el gobernador es quien decide el cuando y como se materializará el cuanto con el que deberán desenvolverse financieramente los demás poderes. Una ratificación de que Gustavo Valdés cree que l’état c’est lui el Estado es él -.

Párrafo aparte para señalar que, la gestión administrativa y financiera del Poder Legislativo en el ámbito de las dos Cámaras, carecen de la transparencia y el acceso a la información pública que permita el control -obligatorio- de los legisladores y un mínimo conocimiento por parte de la ciudadanía en referencia al uso de los fondos públicos asignados.

PRECARIEDAD Y CIRCO

La administración de los recursos del Estado en Corrientes son un laberinto de espejos. No hay números consistentes; los datos duros son sospechados; las inconsistencias jurídicas y administrativas son una constante; y para frutilla del postre dos de los tres poderes son dependientes en su condición operativa de la discrecionalidad del restante.

Es decir, el Ejecutivo regula, libera o reduce el oxígeno esencial –recursos financieros– para el desempeño del Judicial y el Legislativo.

Mientras tanto, la ejecución de obras públicas menores o monumentales, transitan por procesos de adjudicación turbios y cuestionables.

La gestión de los recursos humanos es una amalgama de ausencia de planificación y favores políticos.

La precariedad es el marco que favorece la proliferación de “facturadores” -monotributistas- y “becarios“.

Eventos deportivos, culturales y de esparcimiento para la familia, son el instrumento utilizado para concatenar gastos injustificados y caros que indefectiblemente se canalizan hacia proveedores amigos.

El circo justifica el derroche de recursos. Después, no queda ni para el pan…

MUCHA TELA PARA CORTAR

Gustavo Valdés, aún apelando a su clásica victimización, pondrá en marcha un plan de ajuste desde la lógica política. Es decir, el hilo se cortará por lo más delgado, sin afectar los privilegios de los que habitan el poder.

Hay muchas aristas que exponen lo expresado aquí. Es tan variada la colección de “agujeros negros” de la administración que lidera el gobernador, que poco a poco y documentalmente, PEC lo abordará en una serie de reportajes e investigaciones exclusivas.

Mientras tanto, solo para refrescar la memoria, una exploración de lo ya publicado es prueba de que la información certera es en beneficio del ciudadano y no del poder de turno.

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