HUMANAS CONTRADICCIONES

Las tragedias exponen humanas contradicciones. Nadie es perfecto, sin embargo, se potencian virtudes y defectos en medio del desastre

Corrientes se convirtió en noticia trágica. Los incendios tomaron por botín la geografía de un pueblo manso haciendo foco en regiones ricas en productividad, recursos naturales, ecosistemas únicos y, ensañándose con los pobladores de zonas que sobrellevaban una vida sencilla. Tan simple su existir que nunca fueron primicia.

Sin embargo, el fuego puso en evidencia no solo la precariedad de los recursos y la ausencia -irresponsable- de gestión; también expuso el fenómeno social de la “grieta”.

La sensibilidad y la empatía brotaron sin restricciones y, en paralelo, la mezquindad política y la miopía enfermiza inundaron las redes sociales.

NADA ES SUFICIENTE

Ni la ayuda, los pronósticos y las explicaciones. No basta con sufrir o criticar. Todavía, aunque no parezca, queda un par de décadas para hacer catarsis mientras se intenta la reconstrucción de lo que se pueda y se comparta la añoranza de lo que ya no volverá.

Las pérdidas materiales cotizan en dólares. Una moneda que muchos correntinos jamás tuvieron posibilidad de poseer. Ni la tendrán.

Las víctimas – incalculables – son la naturaleza; la historia; los sentimientos; y en síntesis, la vida. Pero, también hay que señalar que hubo victimarios cuya responsabilidad no debe obviarse al amparo de excusas. El olvido, sería un pecado.

HUMANAS CONTRADICCIONES

Una foto del “mundo al revés”, fiel expresión de lo antagónico, se transformó en una sucesión de hechos que desnudaron loables gestos y repudiables actitudes.

Héroes anónimos, “bomberos voluntarios” y gente común, fueron los disparadores de la solidaridad gigantesca que acudió en formato recursos humanos y logísticos. Empresarios que lo perdieron todo pero, dejaron su impronta auxiliando a los más débiles y expuestos. Famosos con la capacidad de generar recursos que, muchos mandatarios y electos, ni siquiera lo intentan aún teniendo la potestad institucional de proveer ante la emergencia.

Todavía queda la sensación de que muchos funcionarios, además de no estar a la altura de las circunstancias, carecen de la sensibilidad propia de un mortal común. ¿Se creen “superiores” o “incuestionables”? Pensar que son elegidos para dar de sí lo mejor aunque no sean perfectos, porque se supone, son humanos.

SOLIDARIDAD SIN LÍMITES

Por cientos se cuentan las organizaciones e individuos que hicieron su aporte para ayudar a mitigar tanta desgracia y reforzar las necesidades básicas de los “bomberos gladiadores”.

Hubo empatía, sensibilidad y compromiso. Rasgos que reafirman la solidaridad instantánea de los argentinos.

Y, cuando la causa es noble y mueve montañas, surgen gestos dignos de remarcar como la campaña de Santi Maratea. El influencer que en tiempo récord lleva recaudado más de 100 millones de pesos que serán destinados a la compra de equipamientos y vehículos para los bomberos voluntarios de varias localidades correntinas.

ESTÁN LOS OTROS, POR SUERTE POCOS

También hay situaciones que merecen ser difundidas para que el “cerco mediático” no oculte actitudes cuestionables. Por ejemplo, el accionar de gobernantes y políticos que haciendo uso de su poder prefirieron proteger sus bienes en detrimento del “bienestar general”.

Miembros y equipos del ETAC -Equipo Técnico de Acción ante Catástrofes- de Córdoba en acción en el barrio privado San Gará – Ituzaingó

El domingo 13 fue una jornada que quedará marcada en los pobladores de Villa Olivari e Ituzaingó. Una forestación entre ambas localidades se había convertido en un incendio incontenible y amenazaba con alcanzar las instalaciones del Hotel Howard Johnson y el barrio privado San Gará. Hubo evacuados pero, además, los brigadistas de varias provincias y de la nación hicieron base en el establecimiento hotelero mencionado y permanecieron custodiando el perímetro del exclusivo “country”.

Videos y audios saturaron las redes sociales. Indignación e impotencia se mezclaban en las expresiones de lugareños y productores que no justificaban el despliegue para “proteger” las propiedades de algunos privilegiados.

Domingo 13, varios grupos de brigadistas locales, de otras provincias y de nación, se despliegan para evitar que el fuego de la forestación que rodea al “country” San Gará alcance las propiedades privadas.
Despliegue de brigadistas de Córdoba (ETAC) y otras localidades en conjunto con personal de nación en los momentos en que la forestación incendiada llegaba a metros del “country” San Gará
El vecino “brasilero” -inquilino o propietario- que días después del domingo 13 expone el despliegue de fuerzas policiales y brigadistas que quedaron custodiando el “country” San Gará donde los gobernantes de Corrientes y Misiones tendrían propiedades

EL CONTRASTE

Carina Lanaro y Leandro Rodríguez tenían una inversión productiva en Corrientes. Generaban riqueza y empleo desde hace 30 años. Perdieron todo. Pero, antes, tuvieron tiempo y coraje de ser solidarios y proactivos.

Para entender los videos previos hay que leer el reportaje que la empresaria brindó a ArgentinaForestal en el qué, el dramatismo y la impotencia, hicieron mella en el carácter fuerte de la entrevistada.

En resumen, a seguir, remarcamos algunas expresiones importantes de la protagonista.

“La gente perdió su casa, todas sus cosas, sus animales, su historia. En cuestión de horas el fuego arrasó con todo, y nadie vino a ayudarnos, a pesar de que advertimos días antes de que vengan al lugar a trabajar porque se sabía que la reserva del Iberá en esa zona estaba abandonada, y el fuego avanzaba hacia el pueblo. Nuestro predio está lindante a la reserva natural que fue donada por la ONG de Douglas Tompkins a la provincia. Sabíamos que de no frenar de alguna manera su avance, las llamas dantescas pasarían a las forestaciones y, después, al pueblo. Y así fue, perdimos todo”

“No tuvimos ayuda ni del consorcio del fuego, pedimos ayuda y nadie nos dio respuestas ni del gobierno de Corrientes ni de la Nación. Tenemos todas las secuencias de las conversaciones y de los mapas satelitales, donde las condiciones climáticas advertían que el fuego avanzaría sobre el Paraje Galarza. La ayuda nunca llegó, el fuego avanzó y no quedó nada”

“Nosotros como familia y empresa, en forma diaria veníamos ayudando a otros vecinos de la zona que luchaban contra el fuego, finalmente nos tocó el fuego y nadie nos ayudó a nosotros. Nos quedamos solos. Y cuando decimos nadie, hablo del gobierno de Corrientes, del Gobierno Nacional, ni del Consorcio de Manejo de Fuego de Virasoro. Perdimos todo, las últimas dos mil hectáreas de pinos y toda la producción de resina”

Aseveró que en varias oportunidades quedaron cercados por las llamas. “Fue una pesadilla”, expresó. Sostuvo que la estancia de la familia Rodríguez contaba con una mini brigada forestal para la acción rápida, tanque bomba, mochilas, tanques hidrantes. Pero todo quedó en cenizas. “Se nos quemaron los vehículos, las herramientas,  los tractores, no quedó nada, y no vamos a recuperar nada de lo perdido en las llamas, porque el seguro contra incendios forestales en la Argentina no existe. ¿Sabían eso, no?”, repreguntó la entrevistada, compungida y aún muy angustiada al momento del reportaje.

Para la familia, será muy difícil volver a empezar con la inversión forestal. “No tenemos motivos para volver a Corrientes, no tenemos nada más que hacer, mi esposo se quedó sin su trabajo de años. No tenemos manera de recuperar lo perdido en el incendio, ni podemos dar trabajo a nadie porque nos quedamos sin nada. Perdimos la producción de resina, los camiones, los tractores. Las dimensiones de esta desgracia no sé cómo transmitirlas realmente. Porque no todo es lo material, es mucho esfuerzo, tiempo, dedicación, proyectos, empleos de muchas familias que solo tenían nuestra estancia como fuente de ingreso. Y son ellos, la gente del Paraje Galarza la que realmente está mal, porque nosotros tenemos nuestras empresas en Misiones, pero ellos no tienen ni un colchón donde dormir, necesitan comida, ropas, muebles. Perdieron todo, se quedaron con lo puesto”

Para el final quedan las expresiones de Leandro Rodríguez que hace mención a la desidia de quienes tienen el poder y por ello, prefieren “proteger” lo suyo. Así lo prueban los videos.

 “Mientras que ayudamos a los vecinos a combatir el fuego durante semanas, nadie nos ayudó a nosotros. Días previos hablé con Claudio Anselmo (Ministro de Producción), le escribí al gobernador de Corrientes (Gustavo Valdés), pedí que envíen aviones, porque de no frenar ese fuego en los campos de pastizales y bañados bajos, no habría manera de frenarlos e iba a arrasar con las forestaciones. Y así fue. Y nadie nos ayudó”. “Se quemaron todas nuestras plantaciones, que con tanta dedicación mi padre “Moncho” Rodríguez forestó, además afectó una miles de hectáreas de Claudio Wipplinguer, las casas de todos los vecinos, llegó al pueblo de Galarza y destruyó la vida de esa gente”. Y agregó, “Esto es un desastre. Y más aun cuando toda la guardia de fuego nacional,  los aviones hidrantes, helicópteros, todo estaba destinado para proteger un country privado en Ituzaingó. Los políticos construyen sus casas de más de 300 mil dólares, cuando nosotros tenemos que trabajar 30 años para poder tener un capital que en horas se queda hecho cenizas. No les importó nada”

¿HACEN FALTA CONCLUSIONES?

Desde la redacción de politicaencorrientes.com crece la convicción de que la gente sabrá interpretar con sentido crítico esta tragedia.

Hay damnificados. Por ende, hay culpables. En el medio, la guerra de la grieta, acrecienta la estupidez. Al punto que se pide lo que no se conseguirá: renuncias. Además, cuando un gobernante -al igual que un ex ministro – te manda a rezar “para que llueva”, es evidente que ni uno ni otro tienen la capacidad para ocupar el cargo que ostentan y/o ostentaron.

Nadie es perfecto. Sin embargo, esto demuestra que algunos, ni siquiera merecen ser considerados humanos.

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