Mientras la ciudadanía lucha para sobrevivir en medio de la crisis, la hipocresía política es el leimotiv* que impulsa los acuerdos de “la casta” para eternizarse
En ese universo paralelo donde se manejan los poderosos, la ética y la honorabilidad traducidos a ejemplos en acciones y actitudes, son nada más que una muestra permanente de la hipocresía política.
La trama de su propia película, se repite impávida, ante los ojos azorados de un pueblo que no entiende o, que acepta manso el mandato que el poder le impone.
El mayor ejemplo de “haz lo que digo y no, lo que hago” es el respaldo obsceno que el “poder” le otorga a Pedro Cassani. No solo para que mantenga los “fueros” de diputado, sino también para que encabece la lista como un símbolo de que “el poder todo lo puede“.
LA HIPOCRESÍA POLÍTICA
El ejercicio permanente e interminable de la hipocresía política no es otra cosa que el resultado de una sucesión de actos de distracción.
Mientras muchos políticos son denunciados por delitos varios, el poder exacerba el circo. Así, festival aquí y carnaval allá; millones de pesos malgastados en publicidad “institucional“; pago de salarios en “cuotas“; improvisación en materia de desarrollo industrial y recursos tecnológicos; exaltación de recursos como el turismo en el Iberá; y a otros cientos de ejemplo que, en definitiva, no pasan de propaganda para ocultar la inmoralidad.
Esas acciones montadas sobre la mentira y la hipocresía, tiene como objeto disimular la incapacidad moral de muchos de los que hoy representan a la ciudadanía.
Al pueblo, pan y circo. Mientras tanto, las listas sábanas contienen en sus pliegues una banda de inmorales que pretenden erigirse como ejemplo.
CASO TESTIGO
Pedro Gerardo Cassani (a) Perucho, es un botón que sobra como muestra de lo afirmado en los párrafos precedentes. Ninguna duda hay sobre el principio de inocencia. Pero, los “fueros” son la garantía de que un legislador no puede ser amonestado por sus dichos en el ejercicio de sus funciones.
Muy diferente es, pretender que esos “”fueros, sirvan para dar inmunidad a actos y acciones personales que violenten normas o leyes y se conviertan por sí en delitos punibles.
Peor aún, si quién incurre en ese tipo de “operaciones” no puede alegar desconocimiento de la LEY. Menos todavía, si es abogado.

El “proceso” se convirtió en un lento recorrido por varias instancias. Siempre en beneficio del “poderoso”. El que no duda en usar y si puede, abusar de sus privilegios.

EL PODER PROTEGE
A quienes forman parte de ese círculo privilegiado. Casi como las prácticas de la cosa nostra. Y le cabe a la dirigencia de la Alianza ECO + Vamos Corrientes justificar la índole de los intereses que influyen para que Pedro Cassani, no solo vuelva a ser candidato, sino también encabece la lista de diputados.
Aun obviando los fueros, podría postularse, porque no hay fallo firme en su contra por la comisión de un delito por el que la Juez y el Fiscal intervinientes han solicitado la inconstitucionalidad de un privilegio.
Pero lo amoral y hasta insultante, es que ni siquiera intentan “ocultarlo” en un cuarto o quinto lugar. No. Para la casta es imprescindible demostrar que “ellos” están más allá de la honestidad y de la ética.
No se puede catalogar está decisión -la de que ocupe la cabeza de lista- como una decisión política imprescindible. Al final, votos más, votos menos, Pedro Gerardo Cassani mantendría su condición de legislador inclusive ocupando un decimo lugar en la grilla.
Si Gustavo Valdés tuviera un dedo de frente y medio gramo de honestidad intelectual, apoyaría una mano sobre los hombros de su aliado y le diría: en ésta no estimado, hay que mostrar un mínimo de coherencia.
CONDENADOS
Los ciudadanos, aunque no deseen votar al legislador con peor imagen ante la ciudadanía, sin quererlo deberán aportar a su fama, producto de sus privilegios y del desliz delictivo.
No hay solución visible que pueda modificar el estado de las cosas. Bueno, las cosas que les interesan al poder. De las cosas que le preocupan a la gente común, nadie se ocupa. Y por eso, están condenados.