LA SEGURIDAD EN JAQUE: CADENA DE MANDO CORTADA

Por Procyon cancrivorus

La seguridad insegura. Los mandos con cadena cortada. Algunos buenos y varios malos

La seguridad en Corrientes garantiza la inseguridad. No es un problema solo de los cuadros policiales. La política apadrina el desmadre desde hace años.

Para muestra es suficiente una definición: Corrientes nunca tuvo un ministro de Seguridad con formación académica o técnica en la materia.

Una de las responsabilidades inherentes e intransferibles del Estado, ha sido parte del “botín de guerra“, que diferentes administraciones han utilizado de manera irresponsable y casi ilegal como “carguito político“.

FUNCIONARIOS QUE NO FUNCIONAN

Quien tiene a cargo la cartera de seguridad de la provincia, no ha logrado superar o mejorar a sus antecesores.

Esta institución, que cuenta con un promedio de 7500 policías -aproximadamente- distribuidos en la provincia de Corrientes, tendría 1200 efectivos de distintas jerarquías que no cumplen tareas relacionadas al cargo o función que detentan.

Es decir, no trabajan por diversas razones, como ser: certificados médicos; permisos especiales de sus jefes o superiores; otros, realizan tareas ajenas a su rol o función en la institución (trabajar en casa de algún jefe en refacciones, realizar tareas de servicio adicional para jefes, no venir a trabajar porque tiene otros trabajos, la lista sigue).

No existe un control exhaustivo. Los trabajos paralelos generan ingresos extras y una especie de diezmo cada mes destinado vaya a saber a quien.

Como consecuencia directa perjudica el servicio, afectando de una u otra forma a los demás efectivos para cubrir el servicio normal. Y a veces quedan lugares sin cubrir.

Peor todavía, los que no trabajan cobran a fin de mes, lo mismo que aquellos que cumplen sus funciones normalmente. ¿Dónde están los controles, la administración y distribución de personal?

El colmo es que, en cada dependencia policial, hay de 5 a 25 efectivos que no trabajan por los motivos mencionados anteriormente; en algunos lugares la cantidad es mayor.

LA VARIEDAD ES UNIFORME

El mérito y la capacidad no son elementos que le sumen valor al personal policial. Hay una variedad de otras condiciones enmarcadas en la política, la familia, y el amiguismo que pesan más.

Muchas veces desmerecen el trabajo y el esfuerzo -que no es cumplir horario- sin que, en contrapartida, haya mejor salario o por lo menos una vestimenta adecuada al clima y a las funciones.

Va el ejemplo de la variedad que distingue casi caprichosamente:

Jefatura y Comisarías uniformados con camisa azul torcaza y pantalones azul noche.

El PRIAR (Policía Rural e Islas y Ambiente Rural) ataviada con mimetizado en tonos verdes.

Está el PAR (Policía de Alto Riesgo) para “operaciones especiales” vestidos totalmente con indumentaria de color negro.

Infantería y PAR para algunas ocasiones lucen uniformes estampados mimetizados en tonos grises.

Los diferentes GRIM (Grupo de Respuesta Inmediata Motorizada) se caracterizan por no tener un “uniforme fijo“.

También está el grupo de Seguridad Vial que utiliza “chombas” de color blanco con detalles verdes y pantalones color azul oscuro.

Párrafo aparte para la Unidad de Policía Turística implementada como copia de lo que se implementó en Miami (Estados Unidos)y en otros lugares del mundo. Montados en bicicletas, vestidos con chombas blancas y pantalones azul oscuro; y como alternativa, bermudas blancas y zapatillas al tono.

Telas, modelos y colores no son producto de un análisis serio y reglamentado. Por el contrario, los uniformes utilizados por los diferentes cuadros policiales, revisten la característica de que pueden ser adquiridos en cualquier lado y por cualquier persona.

ALGUNOS DATOS A TENER EN CUENTA

El uso irracional de tickets (vales) de combustible, el 50% se utilizarían para cargar las unidades policiales y móviles particulares (vehículos no policiales) y el resto para negociar con amigos por un porcentaje del valor del combustible.

Así el promedio de kilometraje de recorrida o patrullaje es menor. Dejan parados los vehículos policiales de prevención. La ganancia, fruto de ésta avivada de algunos corruptos, sería transversal a todos los niveles.

Las estructuras edilicias evidencian el deterioro y el abandono que afectan a la mayoría de las dependencias. Las condiciones del equipamiento sanitario son tan precarios que van desde la falta de agua hasta la carencia de baños en estado aceptable.

Eso significa, condiciones de insalubridad para el personal, como para los ciudadanos que concurren diariamente a cada una de esas dependencias oficiales.

Los posibles ilícitos y la gran deuda con proveedores asciende a cifras que dejaría al borde del default la administración de la Policía.

Las versiones creíbles y fundamentadas que ponen sobre el tapete algunos negocios, que tendrían su origen detrás de los escritorios de la administración de jefatura de Policía.

Por caso, se menciona la expedición de obleas triplicadas del FOESE; una sola es legalmente vendida, pero a la vez existen otras dos que producen una estafa al mismo Estado.

No es un mito urbano, se han hecho seguimientos por vía jerárquica, pero terminó en un archivo.

LA SEGURIDAD INSEGURA

Una de las funciones -obligatoria y esencial- del Estado no reúne las condiciones mínimas de satisfacción ni eficacia. Los ciudadanos, en su mayoría, están vulnerables ante la incapacidad y la complacencia rutinaria de quienes deberían garantizar la seguridad en el más amplio de los sentidos.

En la pirámide de responsabilidades, si la cabeza no funciona, es difícil que hacia abajo las órdenes se ejecuten con el objeto de cumplir el rol que les corresponde.

No hay buenos ejemplos porque no hay funcionarios que puedan transmitirlos. Fundamentalmente porque el vale todo se origina en el poder político de turno.

La SEGURIDAD debe ser profesionalmente pensada, comandada y ejecutada. E indispensablemente, auditada.

“ABNEGACIÓN Y CORRECCIÓN” QUEDÓ EN EL OLVIDO?

Parece que algunos niveles jerárquicos olvidaron el slogan de la institución. No son pocos los hechos en los que están involucrados o sospechados. Ya sea, liderando bandos criminales; dedicándose al cuatrerismo; en casos de violencia de género y abusos de índole sexual, etcétera.

Los interrogantes surgen incontenibles. ¿El espiritu de cuerpo provoca ceguera institucional? ¿La complicidad es compatible con los valores que son la base su vocación?

Ninguno podría esgrimir como excusa la “obediencia debida“. Es decir, revelarse, oponerse y denunciar una orden que viola las normas sería lo natural y correcto. Si se es un buen policía.

Están a tiempo de recuperar el respeto y la confianza de la gente. No deberían desaprovechar la oportunidad.

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