SESIONES EXTRAORDINARIAS ¿EL QUE NO LEGISLA NO COBRA?

El Presidente Javier Milei convocó a sesiones extraordinarias. Desde hoy y hasta el 31 de enero de 2024, legisladores nacionales deberán dar tratamiento a 10 proyectos de Ley a propuesta del Ejecutivo

El Congreso Nacional tendrá sesiones extraordinarias a solicitud del Presidente Javier Milei. Un conjunto de normas deberán ser tratadas en ambas Cámaras entre mañana y el 31 de enero del próximo año.

SESIONES EXTRAORDINARIAS

El Presidente Milei potencia el rol de los legisladores nacionales y, en el marco de los equilibrios republicanos, los convoca a sesionar en extraordinarias en pleno enero.

Es decir, el Ejecutivo nacional se allanó al reclamo de diputados y senadores de la Nación que levantaron su voz en tono crítico ante el dictado del DNU 070/2023, señalando que la formación de las Leyes es una prerrogativa reservada al Legislativo.

Buscando un razonable equilibrio entre lo formal y legal de las atribuciones del legislativo, en paralelo a la urgencia real y legítima que impone la crítica realidad argentina, Milei remitió un temario que incluye proyectos de Ley relacionados con cuestiones impositivas; electorales; y la “Reforma del estado”.

TODOS A TRABAJAR

Javier Milei, desde su asunción hace 16 días, le imprimió un ritmo frenético a la gestión promoviendo un conjunto de medidas en las que necesariamente los legisladores nacionales deberán realizar su aporte ejerciendo su rol instransferible.

Significa que, opositores y oficialistas, tendrán la posibilidad de ejecutar lo que han reclamado: legislar.

Aún en vacaciones, sabiendo que la ciudadanía los observa con recelo, los diputados y senadores nacionales deberán dejar sentado con su concurrencia al recinto, que están concientes de la crisis y que por lo menos como gesto de empatía, tendrán que dar el presente en las sesiones.

MINORÍAS Y MAYORÍAS

Los números en democracia son circunstanciales. Ideologías y personalismos pasan a segundo plano cuando la supervivencia en general está en juego.

Los votos de la ciudadanía determinan quien gobierna y quienes legislan. Y en ambos casos, formalizado el rol que los ciudadanos le asignaron, el Ejecutivo y el Legislativo deberían ejercer sus funciones pensando en todos y no solo en los sectores que los respaldaron.

El bienestar general, mandato constitucional expreso, impone relevancia a las actitudes de quienes deben promoverlo y respaldarlo. En consecuencia, éstas, deberían estar acordes con el objetivo sin extralimitarse en el valor efímero de las circunstancias.

POR SÍ O POR NO

Los representantes del pueblo, diputados; y los senadores que encarnan los intereses de cada provincia, tienen la oportunidad de posicionarse responsablemente, cumpliendo con su obligación: estar presentes.

Después, si hacen uso de su derecho a debatir, argumentar, proponer, o simplemente emitir su voluntad votando, será producto de su compromiso o capacidad, para demostrar que honran el mandato de quienes lo votaron.

En síntesis, lo inevitable es que materialicen su presencia en el recinto, no solo por el quorum sino fundamentalmente para cumplir con su obligación: trabajar legislando.

¿EL QUE NO LEGISLA NO COBRA?

El ejercicio de la política y su efecto de representación no debería ser un “jueguemos a las escondidas”.

Hay que dar la cara. Siempre. No sólo en campaña electoral. Los miembros del Honorable Congreso de la Nación tienen el derecho y la obligación de admitir que los niveles de hipocresía -con el que algunos se manejan- deberían dejarle espacio al sentido común y la honestidad intelectual.

¿Y si no lo hicieran? Simple: el que no legisla, no cobra.

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