VALDÉS, MACRI Y EL CAMBIO

Mauricio Macri y Gustavo Valdés afianzan un “proyecto” de cambio en común. El gobernador y el presidente dan señales de un “nuevo orden” político y económico en Corrientes.

No hay duda que Valdés, Macri y el CAMBIO representen apenas un esbozo de intenciones. Si el presidente cree que los correntinos ratificaron CAMBIEMOS el pasado 2 de Junio, alguien se olvidó de decirle que aquí ganó ECO.

Como ya viene ocurriendo en todas las elecciones hasta ahora,  la denominación aliancista del oficialismo gobernante a nivel nacional, fue suprimida en todas las boletas. Cambiemos fue útil en Corrientes -electoralmente- en el 2017, cuando Ricardo Colombi se prendió del slogan “Nación-Provincia-Municipio”.

Para esconder una realidad macro, Valdés extirpó el nombre de la “alianza nacional” de sus boletas (tuvo 25) y confió más en su figura y sus promesas para cimentar un resultado que abre la puerta a un gran dilema.  

POR CORRIENTES ¿CÓMO ANDAMOS?

Fiel al apotegma que afirma “Corrientes, república aparte”, el resultado electoral en la provincia ratificó la solvencia y eficacia de una alianza multisectorial que hace honor a su nombre: “Encuentro por Corrientes” o ECo -su denominación consuetudinaria-.

Valdés aprovechó en su discurso los únicos argumentos convincentes que podía mostrar: sueldos al día; paz social; una seguidilla de obras propias en todas las comunas -más en Capital-. Y fue oportunista en la exhibición de tres “joyas” generadoras de riqueza: el turismo; la producción forestal; y la construcción de cuatro puertos que servirán para el embarque de “productos” correntinos rumbo al gran puerto a precios competitivos.

La gestión Macri, mientras tanto, le acercaba todos los males: el mayor índice de pobreza de la historia -de acuerdo a los datos del INDEC-; la demora en la reconstrucción de los dos puentes caídos sobre Ruta nacional 12 -Iribú Cuá mayo de 2017; Santa Rosa en julio del mismo año-; el pase a archivo del segundo puente Corrientes-Chaco; y “congelar” algunas obras más que integran el menú de inversión en infraestructura prometida a los correntinos.

Aun así, flotando en un mar de contradicciones, abrazados a sus necesidades mutuas, Macri y Valdés festejaron. El primero convencido de que los ciudadanos correntinos avalaron su impronta. El segundo, feliz de que su gestión haya mantenido la normalidad y disimulado la crisis que se replica en la provincia sin señales de recuperación.

En Corrientes se flota. La inflación, el desempleo, y la merma de actividades productivas -construcción, pymes, textil, etc.- parecen dramas de otro país.

PALABRA SANTA

La unión de partidos que justifica el uso y abuso de todos los medios para lograr su fin, ha dado una muestra más que convincente de que los oficialismos ganan, aunque pierdan. Y lo último viene a tono con la lectura de las autoridades nacionales, que en boca de Mauricio Macri significó la siguiente expresión: “Excelente reunión esta tarde con el gobernador Gustavo Valdés. Hablamos sobre la situación en la provincia y el compromiso de los correntinos con el cambio, que se manifestó hace pocos días en las elecciones legislativas”.

Ninguno de los referentes de los partidos que integran ECo piensa linealmente de esa manera. Hay gestos  y señales de la dirigencia y el electorado, evidenciando que por estas tierras nada ha cambiado. Quizá Mauricio Macri y Gustavo Valdés, tienen en mente la misma definición aunque no se arriesguen a expresarla: “Cambiar, para no cambiar nada”. Es decir GATOPARDISMO. Al parecer palabra santa.

VALDÉS, MACRI Y EL CAMBIO

El “cambio” real apunta a una renovación de liderazgos. Los gestos ratificados por frases sueltas y oportunas, dan cuenta de una estrategia en común entre los mandatarios.

De Marcos Peña a Rogelio Frigerio, los protagonistas del gobierno nacional han cimentado la figura de Gustavo Valdés para ratificar que en Corrientes hay un nuevo socio.

Hay objetivos estratégicos que develan la existencia de un “maridaje” entre acciones de gobierno y buenos negocios. Por eso se aceleran los proyectos de inversión privada con “respaldo” estatal en sectores específicos: forestal; inmobiliario; energías renovables; obras de infraestructura claves -puertos-; y el turismo.

No se dice todo, pero por lo menos el cartel asegura que las iniciativas garantizan un futuro de bonanza para los correntinos. Si las perspectivas son buenas, también los lucros garantizados son tentadores. Por eso, la leve sospecha de que las iniciativas beneficiarán a inversores “amigos”, es un secreto mal protegido.

El paso del tiempo confirmará suposiciones justificadas. El nuevo orden quedará expuesto tarde o temprano. No varían los beneficiados, pero sí los gestores.

Favor con favor se paga. Y nadie da puntada sin hilo. Mientras tanto Valdés, Macri y el cambio, son algo más de lo que se está viendo.

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