VALDÉS Y SUS AVALES

Gustavo Valdés tiene varios desafíos por delante. Algunos obvios, otros casi secretos. Gobernar es uno -con todo lo que ello implica- y deberá enfrentarlo cotidianamente. Pero el más acuciante es administrar  el “poder”. La premura en crear lazos directos y espacio propio, le imponen la necesidad  de construir un proyecto en el que los dos “Pedros” serán protagonistas fundamentales.

DEL PODER HABLEMOS

El poder político es una herramienta de construcción permanente. No es un mandato. No se hereda. No se delega. Por eso, quienes imaginaron un gobernador  “títere” encarnado en la actual gestión, obviaron considerar dos tópicos imprescindibles que cualquier candidato desarrolla potencialmente cuando asume el poder: el instinto de supervivencia natural y personal; y el manejo de la dinámica fáctica, es decir, regular los tiempos y establecer la agenda.

El gobernador  ha demostrado que puede ser y actuar por sí mismo. Se despojó del karma de ser “entenado de” para ejecutar decisiones que lo diferencian taxativamente de su ex padrino. En poco más de un mes, hizo todo lo que debía hacer, teniendo en cuenta la transición de nombres y la del calendario. Marcó su impronta.  Inauguró el dialogo con Camau Espínola -su otrora adversario circunstancial-. Recibió a intendentes, los propios y los ajenos. Emprendió el año nuevo con el Presupuesto aprobado. Convocó a extraordinarias para ratificar lo pactado por su antecesor con la Nación. Incluyó en su  gabinete a un hombre del PRO –algo inimaginable en la visión de Ricardo-. Y ahora dejó en claro que los salarios en Corrientes no tienen el techo de 15%. Apuró lo que debía y retrasó lo que podía.  Hasta se tomó unas vacaciones y paseo sus gestos por eventos populares.

Algunos dirán que sucedió lo esperado. Sí, talvez. Pero hubo otro modo de ser y hacer. Éste es Valdés.

SOBREVIVIENDO EN EL PODER

Es como estar sólo en medio de una multitud. Valdés sabe que no todas las sonrisas que le dedican son por simpatía. Reconoce, desde su situación, que debe generar anticuerpos que le garanticen no ser presa fácil de conspiraciones endógenas o exógenas. Condicionado por una aparente debilidad -no es el máximo referente de su partido- parece intuir que su estabilidad depende, fundamentalmente, de fortalecer ECO y solidificar CAMBIEMOS. Parece obvio, pero no lo es.

Vienen de ganar. Son un equipo. La sólida muletilla de “Nación, Provincia y Municipio”, sirvió para la campaña. Pero mantenerla viva y firme es una cuestión política.

Valdés no piensa en ECO como algo circunstancial. El espacio es su mejor arma electoral. Todavía falta para las próximas elecciones. Pero es necesario, impostergable y casi imprescindible que la Alianza de casi una veintena de partidos tenga otros modos, otros perfiles, otros líderes.

En ese intuito, observa que deberá compartir aspiraciones y responsabilidades. Ser más permeable al dialogo y al disenso. Aglutinar y no desparramar. Y para que el estilo tenga respaldo de contenido, necesita “partenaire” con peso, experiencia y territorio político indubitables. Allí están, a mano y oportunos, Pedro Braillard Poccard y Pedro Gerardo Cassani.

LOS DOS PEDROS

El senador nacional y el presidente de la Cámara de Diputados, pueden aportarle a Valdés varias garantías. Conducen partidos políticos. Tienen legisladores, intendentes, concejales y funcionarios -provinciales y nacionales- propios. Vasta capacidad de negociación en relación a un proyecto de crecimiento del espacio ECO. Fuerza territorial. Y la experiencia política indiscutible que ambos referentes construyeron, sin que nadie les regale nada.

Ambos, pueden conformar una sólida base, que le permita a Gustavo Valdés darle a ECO la previsibilidad y coherencia política, que los caprichos y mañas de su antecesor le restaron.

Braillard Poccard tiene buenos canales con Nación. No es poca cosa. Además, ha demostrado que perder, no siempre significa desaparecer. Hasta el 2019, es el único representante de Corrientes por ECO, en el Senado nacional.

Cassani ha hecho gala de sensibilidad y perspicacia para conducir la cámara baja sin apremios. Su partido tiene estadísticas consolidadas que representan un continuo crecimiento. Y ha sido capaz de abrir espacios de representación a hombres sin experiencia política que no han desentonado.

Experiencia, coherencia, solidez. Para Valdés y su proyecto, son condiciones que no puede despreciar.

CURARSE EN SALUD

El gobernador sabe, que no debe apoyarse exclusivamente en la estructura de su partido. Todavía prevalecen en ese espacio varios “animales políticos”. No es fácil convivir con ellos, sobre todo si algunos, además de ser políticos son depredadores.

Por las dudas y con buen tino, tuvo magnanimidad para entablar diálogo directo con Camau Espinola. Si bien no es toda la oposición, es una parte de ella.

Su relación con el gobierno nacional es una materia que necesitará “repasos” permanentes. Pero ya mostro permeabilidad a la integración por sobre la discusión. Tendrá que valerse de Braillard Poccard y Camau Espinola, en la medida de lo necesario.

Deberá transitar éste año, bajo la amenaza velada de un proyecto de reforma constitucional. Es la posible tormenta que sufriría ECO. Y no tiene nada que ver con los pronósticos meteorológicos. Es un secreto a voces que Ricardo Colombi avisa que puede reflotar el Frente de Todos cuando él lo decida. El frente victorioso surgido de la  última Intervención Federal, puede resucitar de la mano de un Colombi que consiga aglutinar las vertientes de un peronismo resquebrajado en el distrito.

Para contrarrestar esa jugada, nada mejor que ampliar y consolidar ECO, reforzar los vínculos con CAMBIEMOS y dejar abiertas, puertas y ventanas, para los que quieran incorporarse a un proyecto de poder que ya tiene un gobernador con avales firmes.

 

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