La falta de controles eficientes; la cercanía con localidades de países limítrofes; la vulnerabilidad del sistema de gestión y control del Registro Civil; y por último, el “poder”, que tiene condiciones para hacer votar hasta los muertos.
La correría de un domingo electoral, ayuda para que muchos extranjeros pasen desapercibidos e inclusive, consigan mimetizarse con la gente del lugar. Así, están dadas las condiciones para llevar a buen puerto una práctica común en las zonas fronterizas: la importación de electores.
VÍA LIBRE PARA ELECTORES IMPORTADOS
Corrientes tiene fronteras fluviales, con Paraguay, Brasil y Uruguay. Sólo con Brasil, esa frontera demarcada sobre el río Uruguay, posee dos vínculos físicos oficiales -puente- para atravesarla. Con Paraguay, a pesar de ser restringido, el cruce por la represa de Yaciretá entre Ayolas -Paraguay- e Ituzaingó -Argentina- es una “opción” no descartada. Estos “pasos” mencionados, son los que se pueden controlar rutinaria y formalmente. Sin embargo, teniendo en cuenta la acumulación de poder y las buenas relaciones, no es una utopía pensar que desde el viernes 6 y hasta el domingo 8 habrá “excepciones” a favor de uno y en contra de todos.
El río es un camino, más que un obstáculo. Diferentes tipos de embarcaciones sirven para transportar a los “electores golondrinas”, que una vez emitido el voto, retornan a su lugar de origen. No es una operación sencilla. Pero cuando confluyen intereses, recursos, planificación y complicidad, todo es posible.
MIRAR PARA OTRO LADO
En ésta elección provincial, las fuerzas federales, las mismas que tienen la responsabilidad de “cuidar y controlar” las fronteras no van a ejecutar operativos especiales. Al final, la cuestión política es local, no nacional. Ningún Comandante, tendrá la predisposición “natural” de extremar los recaudos, para impedir el ingreso en masa de unos cuantos “votos”. Es decir, mientras cumplan con el “trámite de migraciones” -si lo hacen-, lo demás es chico pleito.
DEL OTRO LADO DEL RÍO
Es más lógico, traer votantes del Paraguay que desde Brasil, por una cuestión de idioma y hasta de cultura. Se sabe, pero se niega, que la localidades paraguayas de Ayolas, Coratei, Yabebyry, Cerrito, Itacorá y Paso de Patria proveerían “electores rentados” para Ituzaingó, Isla Apipé, Itá Ibaté, Itatí y Paso de la Patria. No es relevante la cantidad de votantes golondrinas que son utilizados para “abultar” las urnas correntinas. Pero sin dudas, ayuda a mantener el “status quo”, cuestión irrenunciable para seguir teniendo el manejo de una “zona caliente”.
NADIE SE HACE CARGO
El padrón electoral, su confección, depende en gran medida de la información que remite el Registro Civil de la provincia. El organismo, además de registrar nacimientos, defunciones, casamientos y divorcios; también emite DNI. Es decir, la base del registro de electores y la provisión del documento -imprescindible- para votar, está en manos de una oficina que responde directamente del Poder Ejecutivo. No es casualidad que el “padrón electoral” confeccionado por la Justicia Electoral, en función a los datos que le provee el Registro Civil, tenga tantos “errores”.
Fallecidos, desaparecidos, no residentes y hasta electores “importados” integran el instrumento verificador más importante: el padrón. También hay “olvidos involuntarios” o “errores de impresión”, que conllevan a “borrar” del padrón a ciudadanos que hasta ayer nomas figuraban. Más peligroso aún, por sus consecuencias en otros ámbitos, son los “documentos gemelos”. Ésto ya le produjo dolores de cabeza a muchos ciudadanos. Pero nada cambia. O tal vez no se pretenda cambiar.
EL QUE PUEDE ABUSA: EL PODER
Para poder “importar electores” hace falta logística, planificación y complicidad. Las tres condiciones básicas necesitan de la participación de varios “actores” del Estado. Éste es el único que tiene acceso inmediato a la base de datos del Registro Civil; es el que puede disponer de medios económicos y logísticos para ejecutar coordinadamente una operación de ésta índole; es el que comanda las fuerzas de seguridad, encargadas de garantizar el orden y de paso evitar que se violen las leyes; es el que en definitiva puede: captar, comprar, transportar, alimentar, hacer votar y después, devolver los electores golondrinas a su lugar de origen.
Si es así, estamos fritos, mi estimado periodista. Que pena, pero no hay que bajar los brazos, seguro otros verán el problema que nos acarrea a futuro.
Que triste que seamos tan poco capaces de hacer simplemente lo correcto.