VOLVEREMOS… O, VEREMOS

El PJ correntino predica en el desierto. Son varias las razones que licúan la solidez del sello. A la promesa de VOLVEREMOS le faltaría volumen y terminaría siendo apenas un VEREMOS…

Volveremos puede pasar de la afirmación al interrogante. Corrientes hace gala de un “electorado” difícil de ser interpretado con justeza. Pero es incomprensible que los referentes del PJ correntino no hayan aprendido a interpretar el origen de las decepciones y las evidentes expectativas, ya no del votante en general, sino de su propio elector militante. Por esa falta de visión, los “predicadores” peronistas, además de haber diversificado el rumbo, todos -sin excepción- se internaron a predicar en un desierto.

UN SELLO Y MUCHOS “SELLITOS”

El peronismo correntino, como institución partidaria, ha sido la cuna de varios “hijos” desheredados o auto excluidos. Muchos de ellos han conseguido mantener un perfil de liderazgo, formando o creando nuevos partidos políticos o, espacios internos con capacidad de acción por fuera del justicialismo. Esa “fuga” dirigencial, ha menguado el sustrato de un partido que gobernó por última vez en la provincia hace 45 años.

Con intermitencias, sólo la “conducción” consiguió compartir espacios de poder aliados a su adversario, la UCR. Esa situación fáctica, hasta hoy no ésta resuelta en el espíritu de la masa de “compañeros”. Es que nunca supieron explicarle si esa vocación frentista tenía como objetivo: 

  • Desterrar al Pacto Autonomista- Liberal
  • Fusionar al PJ y la UCR -locales- en una alianza de alternancia o co-gestión en el mando del gobierno en la provincia
  • Garantizar fluidas relaciones de un sector del peronismo con otro partido para asegurarse lugares en un proyecto de poder
  • O, todas las estrategias juntas, aplicadas en un proyecto “ad eternum” que en nombre de muchos serviría para pocos

Lo evidente, es que los “liderazgos” del peronismo correntino, navegan diferentes rumbos bajo una misma bandera. Quizá por eso, a algunos “sellitos” se les haya impuesto el mote de “corsarios”. La cuestión es saber quién les otorgó la “patente de corso”.

VOLVEREMOS…

El peronismo correntino necesitará encontrar otro paradigma. Sin un nuevo “ejemplo a seguir”, seguirá diluyéndose en la inevitable pelea por los cargos. Las bases tienen bien en claro cual es la razón de ser del Justicialismo. Pero los generales de varias derrotas, insisten con el “deja vu” escenográfico y patético de una dirigencia que se presta el micrófono para negar a los gritos lo que en murmullos aprueban; y eso es algo que a los militantes ya no convence.

Si el gatopardismo dominante -el peronismo autóctono no está inmune- mantiene indemne sus aspiraciones, es posible que la militancia opte por ser espectador, antes que un payaso en la pista del circo. Por eso, cuando se le pregunta al “compañero del barrio” que hará en las próximas elecciones, sin dudar responde: “Veremos…”

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