El Partido Liberal trastabilla. El resultado del domingo en las generales profundizó las diferencias internas. La conducción ya no tiene influencia
Estaba cantado que la dupla Hardoy / Pereyra tiene los días contados en el ejercicio de la conducción del PL.
La mesa Directiva fue convocada de urgencia. El motivo? La publicación de Ricardo Caíto Leconte manifestándose a favor de apoyar a Javier Milei en el balotaje.
No fue una reunión de amigos. Las asperezas y los trapitos sucios fueron argumentados con énfasis.
Pero, la conducción liberal, ya tenía la partitura de autoría de Gustavo Valdés. El patroncito de Hardoy / Pereyra, y de otros dirigentes casta de “partidos – pyme“, indicó que la palabra era neutralidad. Una condición que de manera artera pretenden igualar con “libertad de acción“.
HIPOCRESÍAAAA…
El intercambio de opiniones no tuvo el merecido nivel de sinceramiento entre la dirigencia liberal claramente dividida.
Los que tienen el puchero asegurado exageraron su impostura. A los que no les importa comer salteado la oportunidad les sirvió para pasar “facturas“.
Aquellos que debieron alzar la voz para decir sus verdades, como respuesta, recibieron una silenciosa indiferencia. La línea de 5 que custodia el “arco del poder” donde ataja Valdés miraba el techo o tecleaba en su celular. Hipócritas…
LLAMALO A FULANO
Incapaces de poner en marcha una decisión institucional, los jerarcas buscaron como excusa consultar telefónicamente a algunos dirigentes. ¿A quién llamaron? A un acólito: Frattini de Goya.
Un ejemplo exultante de cero institucionalidad. Al igual que el Comité Capital, el goyano no tienen vida. Sin reuniones, sin actividad política, con todas las decisiones en un “par de manos”.
Es decir, para que van a reunir los órganos del partido si la decisión ya fue ordenada por Gustavo Valdés.
LIBERALES 100%
Al final, en claro, quedó demostrado que la “conducta partidaria” no será algo que condicione a los liberales que deseen apoyar a Javier Milei.
La libertad es un bien intransferible. La ética también. Sería bueno que Any Pereyra y Eduardo Hardoy no lo olviden.
