¿REBELIÓN ACOTADA? O INTERNA SOLAPADA?

El Partido Liberal sufrió una rebelión acotada o, atraviesa una incontenible interna solapada. El Comité de Ituzaingó aparentemente abandonó la alianza ECO + Vamos Corrientes

Las máximas autoridades del PL entraron en pánico por la trascendencia del comunicado del Comité de Ituzaingó en el que se manifestaba de manera contundente su retiro de la alianza ECO + Vamos Corrientes.

La decisión de los liberales ituzaingueños tiene varias interpretaciones. Para algunos es un acto de rebeldía acotado. Para otros es un gesto que desnuda la interna solapada que atraviesa transversalmente muchos comités celestes.

ASOMBRO, SILENCIO Y REACCIÓN TARDÍA

Más allá del intercambio de mensajes por las aplicaciones Whatsapp y Telegram, la cúpula dirigencial liberal, no encontraba un argumento creíble para descalificar o negar la legitimidad de lo difundido por el Comité de Ituzaingó.

Consciente de que el escándalo iría in crescendo, optaron por el silencio, hasta tanto consiguieran construir una respuesta a la medida de las circunstancias.

Pasaron los días y recién al inicio de ésta semana, la diputada Any Pereyra, salió a minimizar la cuestión calificándola como una decisión personal de quien preside el comité ituzaingueño del PL.

Por supuesto, de manera explícita, ratificó la pertenencia del PL a la alianza ECO+Vamos Corrientes. Resaltando que: “nosotros somos parte del gobierno“.

ELLOS “PARTE DEL GOBIERNO”

Esa primera persona del plural no representa el pensamiento ni la realidad de la mayoría de los liberales. Los votos que han respaldado la elección y reelección tanto de Any Pereyra como de Eduardo Hardoy como diputados, ambos con jerarquía de máximas autoridades del PL, son una palmaria demostración de que el rechazo o la disconformidad de los afiliados se ha manifestado en las urnas.

¿REBELIÓN ACOTADA? O ¿INTERNA SOLAPADA?

Hace tiempo que las autoridades del PL no encuentran un rumbo independiente del pago de favores que comulgan, en la praxis, subordinándose al tutelaje del radicalismo. Principalmente en la figura del gobernador Gustavo Valdés.

Ambos, Pereyra y Hardoy, redujeron a la mínima expresión la vida institucional del PL y hasta permitieron que se violentaran mandatos orgánicos para refrendar las órdenes extrapartidariaas que el mismo Valdés consiguió imponerle al centenario partido.

A no equivocarse, nadie olvida el gesto sumiso de aceptar que el gobernador, pida una lista de “aspirantes” a cargos electivos para elegir unilateral y personalmente quien representaría al PL en la lista de diputados.

Pero además, a la mayoría de los liberales todavía les duele que Valdés haya nominado a Lucrecia Lértora a una banca en el Senado, sin que la Convención partidaria haya participado en la designación.

Todo lo expuesto puede generar hartazgo o desgaste. Los límites de la paciencia o la disciplina han sido superados. Y estas circunstancias pueden ser el motivo de una “rebelión manifiesta“. O quizá, la muestra indudable de una “interna dinámica” que subyace y aflora en ocasiones imprevisibles.

La “punta de un ovillo”… Pero es evidente el lapsus. Hubiera sido comprensible Ayerecó cuajá catú (yo me sé gobernar) 
Un “cuestionado” exponente del radicalismo ituzaingueño se da el lujo de ver la paja en el ojo ajeno… Rojo debería mirarse al espejo y hacer memoria…

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