UCR ¿EL FINAL DE UNA DINASTÍA Y EL INICIO DE OTRA?

La UCR correntina en vísperas de “el final de una dinastía y el inicio de otra“. La duda es un drama existencial para los correligionarios. Un combate silencioso entre la experiencia y las ambiciones que no contemplará rendiciones y tampoco tomará prisioneros

Final de un dinastía y el inicio de otra. Los cardenales del radicalismo rasguñan hasta el viento para alcanzar protagonismo. Mientras tanto, el viento fresco, parió un huracán impiadoso.

Ni viejos ni jóvenes. El afiliado a la UCR correntina asiste taciturno al enfrentamiento civilizado de los que no quieren jubilarse versus los que quieren el poder absoluto.

En medio de esa guerra de guerrillas quedó la correntinada toda. Y sí, porque “Corrientes somos todos” pero solo a algunos, les va bien.

¿EL FINAL DE UNA DINASTÍA Y EL INICIO DE OTRA?

El final llega en silencio y no avisa, vale para la “muerte física” como para el deceso político. Igual, el inicio de la vida se genera en un entorno líquido donde los cambios se perciben de a poco. Un escenario donde hasta las sombras de golpe se convierten en murallas infranqueables.

El fluido que contiene sangre nueva y rebeldía viene pulsando cambios en el “organismo” que se convirtió paulatinamente en regente de la política correntina.

La vitalidad ya no es la misma para los jerarcas de vientre voluminoso y mañas personalistas que imponían su criterio a cambio de espejitos de colores.

Mientras tanto, el adalid del cambio, se vistió de “político 3.0“, extendió sus contactos más allá de los muros y construyó una presencia propia secundado por tropa local y mercenarios.

Un proyecto personalista es siempre reemplazado por un proyecto con el mismo perfil. Para algunos analistas sensibles es cuestión de impronta. Para el electorado, es el mismo poncho y solo varía el tamaño y ubicación de los agujeros.

La reunión institucional sirvió de vitrina para que un ínfimo porcentaje de correntinos radicales -y algunos importados de otras provincias- se disfrazaran de “referentes” del pueblo de Corrientes.

En el espíritu de la correntinada que quedó afuera -por no haber sido invitado o porque no le interesa- hay una sensación de que la guerra por el poder está próxima.

ESCENARIOS, DISCURSOS Y BLA BLA BLA…

La Convención provincial fue un éxito y el marco propicio para interpretar la opereta de la familia unida. Como a las palabras se las lleva el viento, son los hechos lo que por contraste, convirtieron la retorica de los discursos en palabras que traspiraron hipocresía.

Un solo ítem en común aúna las posturas de Ricardo Colombi y Gustavo Valdés. La que intenta imponer al radicalismo como el tutor de Corrientes y el padre de la Patria.

La historia demuestra que después de 20 años en el poder, el radicalismo mantiene el status quo de esta tierra sin mal: pobreza estructural; prevalencia de producción primaria selectiva; el Estado como mayor empleador; y la heroica de pagar sueldos bajos adornados con plus en negro.

Desde el 2001 tres gobernadores radicales hicieron uso y abuso del mismo discurso “Corrientes es discriminada“. Será?. Lo peor es que marginación y exclusión -doméstica- se aplicaron contra su propio pueblo. Esa segregación no afectó a algunos correligionarios y a los socios que se fueron incorporando.

En la memoria selectiva del Presidente del Partido y del Gobernador, Fernando de la Rúa no existió y Mauricio Macri se equivocó pero, el radicalismo no fue complaciente. Mucho menos cómplice. Para empujar a la correntinada al olvido florecieron Tekové Cumbia y Tekové Chamamé. Pan y Circo, dirían.

UNO JUEGA Y EL OTRO JUEGA A DOS PUNTAS

Ricardo acaricia recuerdos. Quiere volver en el 2025 a la gobernación. Gustavo, invierte -fondos ajenos- en su intento de instalarse en el contexto nacional. Pero también piensa en ubicar a su esposa en la grilla del senado local en las provinciales del 2023. ¿Rumbo al 2025, la primera gobernadora en Corrientes?

Para Colombi la presidencia del Partido es una despedida honorífica. Se hace que no ve, pero lo siente. Sus viejos escuderos ya están al borde de la jubilación. Y antes de aposentarse prefieren jugar con el que tiene la birome.

Valdés, metódico, le implantó dirigencia propia en Capital; amplió la gama de aliados; hace turismo proselitista por la Argentina y, por si algo faltaba, ahora impulsa la “Boleta Única”. Todo un sopapo para su mentor que siempre utilizó la boleta espejo para contarle las costillas a los aliados.

MIENTRAS TANTO, SOPA

Con una calidad institucional precaria. Una Justicia rehén y anodina. Un proyecto de despegue económico con radicación de industrias fantasmas que se instalan -y hace abuso de las ventajas- pero no genera empleo. Una campaña de inversión estatal incalculable para instalar el “Iberá” y el “Chamamé” sin resultados en el “derrame“. Son escenarios que el radicalismo no puede desmontar.

Nada hace pensar que las “intervenciones” dejen de ser moneda corriente. Que los Decretos sean apenas extractos y publicados tarde. Nadie sabe si la “fuerza aérea taragüi” está al servicio de los correntinos o, solo para que el gobernador pase más días fuera de la provincia en actividades que sirven a su proyecto político personal. Y hay más dudas que generan interrogantes. Pero el pueblo es manso.

Los radicales se miran al espejo y no se asustan. La conciencia no se refleja en las máscaras.

Para quién observó la Convención con ojo crítico, la conclusión fue: “El cielo se quedó sin ángeles… ¿Parece que todos están hoy aquí?

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