EL DECRETO 1247/21 O LA CAJA DE PANDORA

El Decreto 1247/21 ratifica la imperfección de la norma. El gobernador abrió la “caja de Pandora”.

El decreto 1247/21 utilizó la forma simple del verbo convocar en el modo subjuntivo. Es decir, se aplica como pretérito imperfecto. Por lo tanto puede interpretarse como pretérito, futuro o futuro hipotético.

El modo es lo crucial. Porque expresa una actitud subjetiva del hablante respecto a la acción del verbo, como por ejemplo de deseo o duda.

Valdés fue a fondo con su “capricho”. A punto tal que no esconde su interés personal y para ello, se escuda en una atribución constitucional difusa y discrecional.

El Código Electoral es útil, en cuanto sea aplicable – Valdés dixit en su Decreto -. El interés personal es, por sobre todo, la justificación de una amañada interpretación de la legalidad de lo ilegítimo. Es decir, importa el derecho de quién “gobierna” por sobre el derecho de quién elige.

De otra forma no se entiende la razón por la que el presidente de la Junta Electoral, el doctor Sánchez Mariño, le resta trascendencia al fiel cumplimiento del cronograma electoral. Es decir que, para el mencionado, la publicación del padrón provisorio en tiempo formal e ideal, es un hecho menor, que no afecta los derechos del elector. ¿Será?

Peor aún sí, como lo manifestó esta tarde en un reportaje que le realizara Liliana Romero en su programa “Dialogando”, el presidente de la Junta Electoral manifestó: “ya le solicitamos a Ojeda – Subsecretario de la SuSTi – la pronta publicación del padrón”. Pregunta que se impone: ¿El Poder Judicial de Corrientes no tiene medios, personal y capacidad tecnológica para publicar por sí el Padrón Provisorio? ¿Está obligado a recurrir a un funcionario del Ejecutivo – parte interesada – para cumplir con una “acción plena de jurisdicción judicial – electoral?

LA CAJA DE PANDORA

El Decreto 1247/21 liberó todos los males. La esperanza de igualdad, equidad, transparencia y por sobre todo ética, quedó atrapada en la “caja“. Considerar los derechos de los “comunes” puede ser un gesto de debilidad para quien cree poseer la sumatoria del poder público.

Al gobernador no le importa la letra, ni el espíritu de la norma. Prevalece en sus actos la pasión, el egoísmo, la ambición desmedida.

De hecho, tiene “la sartén por el mango“. Una Constitución plagada de vicios y lagunas. Y por si fuera poco, él es “el estado“.

Hombre de derecho, interpretado a su medida, ha dado muestras cabales de que no tiene límites. ¿Habrá un mortal que le señale su condición de igual? Quizá no. Al parecer, hay una casta de sometidos al influjo de falsos dioses o emperadores de cartón que todavía creen que la democracia es una sátira.

CONFLICTO HIPOTÉTICO

Si la calma precede a la tormenta, es lógico interpretar que la tormenta desemboca en la calma. En que orden se escenificará esta parodia electoral, está por verse.

Lo cierto es que quién ejerce el “poder” lo usa – o abusa -. Y quienes le dan el poder están sometidos a la incertidumbre. No hay derecho mas sagrado que el del elector. Los “candidatos” deberían respetarlo.

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