HAY REFRIEGAS EN ECO

Colombi -ahora- no oculta la crisis de ECO. Valdés construye su Frente. Muchos socios; todos gerentes; poco esfuerzo.

Sin ocultar su tono de fastidio -con trazos de impotencia-, manifestó su disconformidad y develó que hay refriegas en ECO.

Lejos de la birome y consciente de que los síntomas de vedetismo de su “ahijado”, van camino a convertirse en un nueva dinastía, salió a repartir picotazos.

La crisis dejó de ser un río subterráneo y desembocó en un estero que ya no representa un hábitat saludable para el “Carpincho Mayor” de la provincia.

HAY REFRIEGAS EN ECO

A Colombi, la tormenta, hace rato le hacía vibrar el techo. La inestabilidad en “su alianza” comenzó a generarse el 10 de diciembre de 2017. Esa misma noche, además del insomnio, un conjunto de pesadillas le pasaron delante de sus ojos. Ya no era el jefe. Había perdido el mando.

Todos los “capos y capas” de los partidos integrantes de ECO comenzaron un nuevo romance. Todos. Inclusive antes de la ceremonia del traspaso de mando. Fue un espectáculo de “transferencia de poder y obediencia” reservado para pocos testigos.

La certeza de que el “generalato” de ECO daba inicio a un nuevo proyecto de poder fue la actitud suspicaz de los dos Pedros. Ambos comenzaron a establecer sin ambages, canales de dialogo y negociación más directos con la Nación y el dueño de la birome.

Detrás del derrotero de quienes lideraban los partidos que más sustancia le habían dado al proyecto del “colombismo”, se plegaron los otros partidos asociados. Los sellos -aun los de goma- iniciaron su proceso de “supervivencia”. Y en la lógica de las conveniencias gritaron: Muerto el rey… Viva el rey!

SEGÚN PASAN LOS AÑOS

No hace mucho tiempo que la evidencia dejó de ser un murmullo y se convirtió en cuchicheo dañino. Valdés no se limitó a gobernar, en paralelo, comenzó a gestar su propio Frente.

Definido el mapa legislativo en las elecciones de Junio, el gobernador salió a juntar heridos y a reemplazar alfiles. Siempre bien asesorado por el “Mono”, cuya teoría de la venganza era, es y será, aliarse con quién ocupa su lugar y no, con quién lo traicionó.

MEJOR REPARTIDOR

Gustavo no mezquinó. Cumplió con todos por los cargos que reclamaban. Igual que Colombi hacía. Sin embargo, parece que esta birome, es diferente. La magia de Valdés logró, inclusive, incorporar a liberales y autonomistas; sello oficial en mano y hasta con la flexible actitud de “entregar una lista de nombres” para que el “nuevo jefe” seleccionara un candidato.

Hasta el PaNu tuvo un lugar al sol, y Valdés -sí, el mismo- le otorgó una subsecretaría al mismísimo yerno de Tato.

De a poco, los caudillos que apuntalaron a Ricardo Colombi, han perdido su poder. Es constante el desfile de dirigentes que prefieren abandonar a sus líderes para integrarse al “nuevo proyecto”. Valdés los recibe. Y no los deja ir…

SI LE SACAS GRITA Y SI LE PONES LLORA

Pobre Colombi, tarde descubrió que los “sellos de goma” que el mismo ayudó a crear, tienen vida propia.

Cuando el ex gobernador -duele, pero que le vas a hacer- habla de repartir y dar de nuevo, no hace más que confirmar su intención de “achicar” la alianza. Todavía sueña con un un poder político a lo sumo bipartito, acompañado por no más de una docena de partidos satélites.

Ricardo creó un “monstruo” llamado ECO, cuyos miembros -todos, sin excepción- siempre aspiran a una porción de poder. Y además, todos quieren ser “jefes”. Pero, cuando se trata de contar votos, a muchos de ellos les sobra recursos y les falta electores.

CARTAS MARCADAS

Valdés juega con Macri. Para el gobernador, todavía hay dos años de mandato y varios posibles escenarios. Juega mostrando el ancho de espada, aunque esté devaluado.

El “Carpincho Mayor” en cambio, juega todo, a todo. Salga pato o gallareta, sabe que deberá calmar sus nervios crispados. Atemperarse y ser alternativa de poder.

Inclusive, evitar sugerir que es amigo de Fernández; porque todos saben que en realidad, es amigo del “otro” Fernández. El mismo que a pesar de haber tenido mucho poder, ahora apenas podrá pelear una concejalía en una ciudad balnearia.

No sea cosa que la maldición del café “batido” -adornado por un símil espuma-le toque al propio Colombi, y en vez de intentar volver, deba resignarse a iniciar un proceso jubilatorio.

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