Con disimulos la interna radical puertas adentro (se incendia). Las listas de candidatos. El quinteto para el senado. Un poder paralelo
Transitando un verano acorde a los tiempos políticos, la interna radical, puertas adentro se incendia. Muy a pesar de las expresiones civilizadas de convivencia aun con disidencias, los radicales correntinos no pueden disimular un presente de fisuras que pueden convertirse en quiebres.
A inicios de enero, mientras se relajaban con los pies en la arena, los dos capos del radicalismo correntino sellaron un acuerdo. Parece, que las olas -o el viento- borraron lo escrito sobre la playa…
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HUBO ARREGLO PERO NO FOTOS
PUERTAS ADENTRO…
Ya pasó el festival chamemecero y se está terminando el carnaval. ¿Consecuencia? Correligionarios, a las “armas”. La disputa por espacios de poder y candidaturas; por canales de negocios; por sobrevivir y perdurar, es una “guerra” sin sangre.
En la pirámide de poder del radicalismo, la geometría es imperfecta. La cúspide se divide en intereses. Políticos, personales, económicos y otros insondables.
Sin embargo, desde la base que se va angostando hacia arriba, ven como cada nivel inmediatamente superior tiembla. Y hay peligro de derrumbe.
La tensión entre Gustavo Valdés y Ricardo Colombi atraviesa una permanente vigilia. Se desconfían. Pero aceptan sentarse espalda contra espalda. Si no lo hicieran, el radicalismo, producto de la inestabilidad y la presión interna terminaría por quebrarse.
Extraña paradoja, podría ocurrirle lo que ellos -ambos- provocaron en otros partidos. No por capacidad de convencimiento. Sí, por el uso del poder.
LAS CANDIDATURAS
Armar listas de candidatos es una especialidad de ambos popes radicales. Es decir, no se consensuan con los socios, se les impone. Ocurre desde el 2001 y, no hay posibilidades de que cambie el modus operandi. Porque los propios aliados, prefieren el status quo donde impera el dedo seguro a la interna dudosa.
En esta ocasión, algunas situaciones particulares, aportan cierto tinte de interés en el desenlace. En primer lugar la obligatoriedad de “paridad de género”, que implica intercalar desde el inicio al fin de las listas un representante de cada género.
En segundo término, el “vencimiento” de líderes partidarios o “destacados” referentes de algunos partidos políticos integrantes de la “alianza” oficialista.
Pero, además, la definición de las candidaturas para las legislativas provinciales está relacionada de manera directa con las elección nacional. Por dos motivos: a) Porque Gustavo Valdés va por todos los escaños en juego, aunque deba habilitar colectoras; b) Porque el gobernador necesita que su resultado electoral sea un récord absoluto.
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VALDÉS Y SU ESTRATEGIA
CINCO LUGARES EN EL SENADO
El radicalismo pretende cuatro. Ganar uno más de los que pone en juego. La cuestión es, que en la bancada oficialista vencen Ricardo Colombi y Sergio Flinta, además de Alejandra Sewald.
Es decir, hay dos vacantes para masculinos y dos para femeninas. Colombi y Flinta -ya lo dijimos- son números puestos. Pero ¿Quién encabeza la lista? ¿Una mujer? ¿Colombi o Flinta? ¿Si encabeza una mujer -¿Cristina Garro?- quién va segundo y quién cuarto?.
FLINTA EXIGE
QUIERE SER REELECTO
En silencio pero con movimientos permanentes, los cuadros radicales dirimen su preferencia interna, buscando fortalecer al poder político partidario -Ricardo Colombi- por sobre el poder real -Gustavo Valdés-.
Sin embargo, esa disputa por apuntalar y si es posible imponer un liderazgo, no se limita a esos dos “actores” principales.
UN PODER PARALELO
No parece creíble. Pero la historia es suficiente prueba para aseverar que Carlos Vignolo juega su propio juego. Con poder y su “entramado” interno y externo bien organizado, el ministro es un elemento que no garantiza equilibrio para ninguno de los dos referentes principales de la UCR correntina.
Sería folclórico recurrir al tan mentado “a río revuelto ganancia de pescador”. Pero, hay que ser precavido y observar con celo analítico ¿Qué pedirá el “Mono” en ésta instancia?
El ministro “monitorea” dirigentes y hasta partidos “satélites”. Es un recurso que administra con maestría y, para colmo, en el “territorio” electoral de mayor peso: Capital.
En el infierno de cada ambiente del búnker radical la pregunta que impera es ¿Qué otro ministro, funcionario, intendente o legislador tiene el mismo poder de autonomía y decisión que el “Mono”?
Pregunta sin respuesta, por ahora. Los radicales pusieron en práctica “pelearse” con lenguaje de señas. Habrá que averiguar si todos usan el mismo decodificador.
